La saga Resident Evil es sinónimo de videojuegos. Su influencia y presencia en el sector es tan grande que el lanzamiento de una nueva iteración es siempre motivo de alegría para millones de jugadores. Por eso, cuando el año pasado los padres de la saga, Capcom, anunciaban un remake de una de las entregas más queridas y aclamadas, Resident Evil 4, se desbordó una ola de optimismo que se ha visto finalmente refrendada y colmada hace escasos días con el lanzamiento del juego.

Un título que fue lanzado originalmente para Gamecube en 2005 y que cumple la mayoría de edad manteniendo la esencia que lo hizo tan rompedor en su momento pero actualizándose a los tiempos que corren con un lavado de cara visual y también mejoras en las mecánicas (ahora hay parrys con el cuchillo) y en la narrativa (para profundizar en algunos personajes) que definitivamente le confieren el estatus casi de nuevo lanzamiento.

La frenética acción es una de sus señas de identidad.

Volver a España encarnando a Leon S. Kennedy para rescatar a la hija del presidente de los Estado Unidos de las garras de una oscura secta vuelve a ser tan divertido como antaño. Desde una perspectiva en tercera persona que fue pionera en su día, y empuñando un gran arsenal de armas nos tocará bregar con multitud de abominaciones para conseguir salvar a Ashley Graham.

En el camino, momentos épicos cargados de acción, tensión, puzles y frases memorables (no puedo quitarme de la cabeza ese “detrás de ti, imbécil”), se van intercalando de manera frenética recordándonos que Resident Evil 4 fue tan adelantado a su tiempo que ahora, con la mayoría de edad recién cumplida, merece volver a ser revisitado para los que ya pintan canas o disfrutado por primera vez por las nuevas generaciones.

Las cinemáticas y la caracterización de los personajes son sublimes.

La apuesta de Capcom por hacer uso de su motor RE, que tan buenos resultados ha dado en sus últimas entregas numeradas como Village o los Remake del 2 y del 3, confiere a esta cuarta parte un acabado visual de primer nivel que hace incluso uso del trazado de rayos para reflejos y mejorar algunas refracciones.

Nosotros hemos tenido la ocasión de probar la versión de Xbox Series X, que al igual que PS5, cuenta con dos modos de visualización: resolución donde se alcanza 4K con un framerate variable entre 50 y 60 fps y rendimiento con 4K variable y 60 fps estables. Y de forma paralela, se puede activar o desactivar el trazado de rayos. Nuestra recomendación es optar por el modo rendimiento con trazado de rayos ya que en algunos tramos de la aventura el framerate se resiente en modo resolución.

Su pegadiza banda sonora y su excelso doblaje al castellano terminan por redondear una fórmula que ya de por sí era férrea y sin fisuras hace ya la friolera de 18 años y que a día de hoy se mantiene intacta, fresca, divertida y eléctrica. Algo que dice mucho de un título con el que Capcom revolucionó el sector en su momento y que es casi una obligación volver a disfrutar.

Hemos podido analizar Resident Evil 4 Remake gracias a una clave para Xbox Series X que nos ha remitido Plaion España.