Cultura

Runciman y el tríptico de Jerusalén

  • Alianza agrupa en un único tomo las tres entregas del imponente trabajo sobre las Cruzadas del erudito inglés

Steven Runciman es un viejo conocido del lector español. En 1973 se publicaron los tres volúmenes que conforman su imponente fresco de la época de las Cruzadas. Tuvieron fuerte impacto en varias generaciones de historiadores y recuerdo que el nombre del erudito inglés corría por los pasillos de nuestra Facultad de Historia entre los alumnos de los cursos avanzados, despertando en los más jóvenes inusitada curiosidad. A cuenta gotas se vertieron al castellano sus Vísperas sicilianas (1979) y Bizancio, estilo y civilización (1988). Luego hubo un largo silencio hasta que Reino de Redonda reeditó en 2006 otro texto vibrante: La caída de Constantinopla.

El auge de la novela histórica puede estar detrás del actual revival del autor. El amante del género reconocerá paisajes y personajes muy familiares, y hasta la intriga suena, en algún fragmento, a cosas ya leídas. No es una mala jugada de la memoria, sino la constatación de que las más de mil páginas de la trilogía de Runciman han sido fuente de inspiración, admitida o no, de muchos novelistas recientes. Así que ya es hora de descubrir el apasionante relato del padre espiritual de todos ellos.

Pero más allá de sus méritos literarios, lo que tendrá entre sus manos aquel afortunado que sea regalado estas Navidades con el cuidado infolio, es sobre todo un excelente libro de historia. Uno de los grandes. Historia total que reúne y armoniza cientos de historias personales sobre una recia urdimbre narrativa. Cuando apareció, a mediados del siglo pasado, dio un vuelco a la visión heroica y protectora de la presencia cristiana en Tierra Santa, presentando un escenario de violencia y depredación, similar a otras invasiones medievales. El uso de fuentes árabes, armenias, junto a las latinas y griegas, hizo posible esta nueva lectura de la antigua epopeya cristiana. Aunque superado y criticado por medievalistas actuales que le atribuyen haber incurrido en la tendencia opuesta, la excesiva idealización de la civilización oriental, arruinada por la furia de los caballeros cristianos, la obra de Runciman sigue siendo un punto de partida imprescindible para todo aquel que pretenda adentrarse en el conocimiento de esta época.

La presente edición de Alianza ha tenido el acierto de agrupar en un solo tomo los tres títulos que en la original inglesa y en la citada española de los setenta figuraron independientes: La primera Cruzada y la fundación del Reino de Jerusalén, El Reino de Jerusalén y el oriente franco (1100-1170) y El Reino de Acre y las últimas cruzadas. Se despliega, por fin, un tríptico irrepetible: el que cuenta el sueño de las primeras multitudes de cristianos, las luchas políticas de los tiempos de Balduino y Saladino, y por fin, la pérdida del espíritu de la Cruzada coincidente con la irreversible decadencia de Bizancio.

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