José María Martín Saurí (Barcelona, 1949), pertenece a esa casta de historietistas forjados en los 70, que tuvo que viajar a Nueva York para hacer realidad su sueño de publicar "La Odisea". Curiosamente, sus raíces paternas son de Dalías, localidad almeriense donde todavía hoy conserva una parte de su familia.

Saurí ha participado en las XI Jornadas Internacionales del Cómic de Almería. "Estoy muy feliz de estar en Almería, porque siempre he pasado de largo, y hacía muchos años que no paraba en la capital. Curiosamente ahora hace 40 años que me casé y el viaje de novios lo hicimos a Almería", recordaba ayer el dibujante.

"Mi bisabuelo tenia una fragua en Dalias y era conocida como la fragua de Martín", señala Saurí. El dibujante lleva desde el año 1972 dedicado al dibujo. "Es más de la mitad de mi vida dedicado en cuerpo y alma. No es fácil vivir de esto, pero yo no me puedo quejar".

Saurí recordaba las dificultades y penurias en los años 70 en torno al cómic. "Aquí en España solo estaba la Editorial Bruguera, con lo cual la mayor parte de los trabajos eran para el extranjero".

Saurí tuvo su primer trabajo en una oficina. "A mi no me gustaba aquello, y mi obsesión era hacer dibujos. Cuando terminé el servicio militar conseguí un contacto con Bruguera y desde entonces me dedicó a las historietas. No fue fácil, porque ya estaba casado y con un hijo, e incluso mi familia tampoco lo entendió muy bien, porque llegaron a pensar que me tendrían que mantener a mi, a mi mujer y a mi hijo. Al final, todo salió bien".

Con el paso de los años, Saurí está ahora recogiendo los frutos de todo aquello que ha ido sembrando con el paso de los años. "Me empiezan a reconocer cosas que antes no me reconocían, me hacen ediciones de lujo de mis historietas y me invitan a jornadas. Ahora me lo paso muy bien, la verdad".

Con respecto ala situación que atraviesa el cómic en España asegura que "aparentemente esta bien, ya que si vas a una librería quedas alucinado de las ediciones que se están realizando, pero la realidad es que se vende muy poco". Saurí tiene muy claro que "ahora los niños se han vuelto locos por el manga. Si vas a un salón del Manga, se comprueba que se vive una autentica locura. El dinero que mueve el manga es impresionante, porque aparte del tebeo manga, también incluye el muñeco y todo lo demás. En España es imposible vivir del cómic, salvo los que dibujan a superhéroes o trabajan fuera", concluye este dibujante.