Teatro

Selu Nieto conmueve con ‘Soledad, vida y obra de mi abuela’’ al público en el Teatro Apolo

  • El ciclo Delicatessen volvió a ofrecer teatro independiente gourmet en el Teatro Apolo

Selu Nieto en la obra.

Selu Nieto en la obra.

Como afirma Selu Nieto al inicio de la representación, su familia está marcada por los nombres de pila: Soledad, Socorro, Dolores… “imaginad la Nochebuena” hasta que llegó su tía, que llamaron Alegría. ‘Soledad’ no es sólo un registro en el DNI, es el estado de ánimo del protagonista, o quizás también del actor. Persona y personaje se mezclan en esta representación, en la que el actor necesitaba transmitir sus vivencias, y lo hace con emoción, con tristeza y esperanza.

Soledad, vida y obra de mi abuela era la nueva propuesta del programa Delicatessen, ideado por Axioma Teatro para el programa del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, que conmovió al público que el pasado jueves asistió al teatro Apolo. Un nieto que no está pasando por un buen momento rinde homenaje a su abuela, y lo hace, tras un pequeño diálogo con el público, transformándose en su propia abuela. Una mujer de las de antes, un cliché que se repite aún hoy en día.

Casada sin estar enamorada con un hombre machista, que la ignora. “De lunes a viernes trabaja en el camión, y cuando llega a casa se va al bar, también solo”. Y así ha transcurrido su vida hasta ahora, cumplidos los 60 años, viuda y sola. Toda una vida dedicada a su familia, a limpiar la casa, a preparar la comida, sola. ¿Y quién cuida de ella?.

Soledad es lo que siente la protagonista, homenaje a su abuela Dolores, y a todas las mayores de España, y también tristeza de una vida encerrada en un pequeño piso de Sevilla mientras pasa la vida.

La dureza de una época con hambre y pobreza, donde la mujer estaba recluida.

Soledad también viven hoy en día muchas personas que luchan con los problemas de salud mental. Porque de la soledad a los trastornos psicológicos sólo hay un paso. Selu Nieto comparte el paisaje triste de esta buena gente de manera impecable.

El público es capaz de visualizar perfectamente a la abuela, empatizar con su situación, sufrir con los golpes que le da la vida, reír con sus ocurrencias y salir esperanzados con la necesidad de no vivir en soledad.

La puesta en escena, brillante, acompaña al relato. Fregonas colgando del techo, como decoración e iluminación y un jardín de cubos en el escenario, de donde el actor recoge el material que le acompaña en cada escena e incluso le sirven de improvisada cama.

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