Silvia Luchetti: “El actor de teatro musical ahora en España empieza a tener su peso”
La actriz, cuya familia vive en Almería, llega ahora al Teatro Albéniz de Madrid junto a Antonio Banderas para interpretar ‘Company’
Silvia Luchetti viene a Almería, tierra donde lleva varios años viviendo su madre Edith Scandro y su hermano Dante, cada vez que puede. Proviene de familia de artistas, puesto que su madre ha sido una conocida cantante de ópera en toda Sudamérica que vendió miles de discos y su hermano aparte de cantar es un excelente jugador de pádel, habiendo triunfado en medio mundo.
Esta actriz y cantante muy conocida por haber interpretado el musical Sonrisas y Lágrimas hace ya ocho años, ahora trabaja con Antonio Banderas en el montaje Company de Stephen Sondheim. Ahora en noviembre reabren el Umusic Hotel Teatro Albéniz de Madrid con esta obra.
Estos últimos años, Luchetti no ha parado de trabajar. “Después de Sonrisas y Lágrimas de la que hicimos unas 900 funciones, un musical muy importante en mi vida, hice un parón. Siempre lo hago cuando he estado trabajando en un musical. Estuve dos años haciendo conciertos y fui al Auditorio Nacional. Lo alterné con mis clases y tuve tiempo para no hacer nada, para que surgieran ideas y la creatividad se alimentase”.
“Luego hice Casi normales una obra que yo le tenía muchas ganas, y que es compleja, que toca el tema de la bipolaridad. Me presenté a las audiciones y vino un grupo argentino a producirlo. Me quité un poco de encima el papel de María de Sonrisas y lágrimas, ya que quería que se me viera en un papel que era una mujer con un problema psiquiátrico, con una vis cómica-cínica, con mucho texto, cantando rock. Fue interesante y estuve año y medio de gira”, recuerda.
La pandemia pilla a Luchetti haciendo la obra Anastasia, el musical en su segunda temporada. “Nos reunieron a toda la compañía en marzo de 2020 y nos comunicaron que debido al Covid había que parar unos días. Pero lo que no imaginábamos es que aquello iba a durar mucho más. A los tres meses fuimos a los camerinos a por la ropa”.
“Vivo en Casavieja, un pueblo de Ávila, porque me gusta la naturaleza, mis gatos y tengo mi huerto. Como daba clases online en período de pandemia continué dando mis clases de canto. Lo que lleve mal fue determinadas prohibiciones que en el ámbito rural era algo ridículo. Tuve alguna crisis de ansiedad y ahí fue donde entró el yoga en mi vida. Yo soy un bicho de disciplina, y necesitaba algo que me marcara un tiempo. No tengo televisión, no escucho informativos, leo mucho y continuamente me estoy preguntando cosas. Fue una época muy delicada”, dice.
“Yo empecé jugando en el baile. Luego gané algún dinero, luego seguí y me puse a cantar y al final acabé interpretando y haciendo teatro musical. El actor de teatro musical ahora en España empieza a tener su peso y un reconocimiento, pero todavía no tiene el reconocimiento que tenía que tener. Es una categoría teatral que te demanda muchísimo y es muy compleja”, apunta.
Almería en su mente. “Me gustaría venir más a Almería, porque vivo en Ávila. Cuando puedo pillo el coche, meto el perro y me vengo a Almería, una tierra que tiene playa y montaña. Pero tengo poco tiempo, pero si hago mis escapadas a esta tierra donde vive mi madre y mi hermano”.
“En el pueblo de Ávila vivo en un pajar del año 1900 que he reformado. Vivo en plena naturaleza. Para el pueblo soy la famosa del pueblo, la actriz. Me llevo muy bien con la gente del pueblo, sobre todo los abuelos y las abuelas. Me encantaría hacer más cosas por el pueblo de las que hago”, concluye Silvia Luchetti.
“Antonio Banderas es fascinante, una persona que te escucha”
En octubre de 2020 recibe una llamada de la productora del Teatro del Soho de Antonio Banderas. Querían hacer un workshop para una obra donde Antonio Banderas quería elegir a los actores. “Antonio Banderas es fascinante, una persona que te escucha y es muy inteligente. Surgió Company y Banderas quiso contar conmigo. También estaba Paco Morales de La Década Prodigiosa en este montaje. Estuvo seis meses en Málaga con llenos a diario, luego fuimos a Barcelona durante dos meses y funcionó muy bien. Y ahora entramos en otoño en Madrid, ya que abrimos el Teatro Albéniz de la capital de España. “Ahora me empieza a interesar toda la parte de asistencia de dirección. Ese mundo me interesa. La vida en sí es cambio. Ahora necesito una transformación hacia otro lado. Artísticamente, seguiré sobre el escenario, me interesa ahondar en textos más teatrales”. Lleva 20 años en España. “Me vine por un año para hacer El Fantasma de la ópera. Duró tres años y seguí en este país, donde me siento muy bien. Al principio echaba en falta cosas de Buenos Aires, pero luego vi que mi trabajo me llevaba a vivir mucho mejor y además haciendo lo que quería”, apunta.
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