Cultura

Ana Torrent, Alicia Borrachero y Jorge Calvo protagonizan en Almería ‘Las criadas’, de Jean Genet

  • Esta versión del almeriense Paco Bezerra, dirigida por Luis Luque, es una producción del Grupo Pentación y el Teatro Español

Ana Torrent, Alicia Borrachero y Jorge Calvo protagonizan Las criadas, de Jean Genet, en versión del alomeriense Paco Bezerra dirigida por Luis Luque, una función que se estrenó en las Naves del Español (Madrid) con llenos diarios y que se encuentra ahora inmersa en su gira por el territorio nacional. El 1 de octubre estará en el Auditorio Maestro Padilla de Almería a las 21 horas.  

Genet escribió Las criadas cuando aún estaba en la cárcel. Estrenada en París en 1947, describe el submundo de las sirvientas, en cierto modo un submundo que guardaría paralelismos con el del propio Genet. Aunque en su estreno sufrió la repulsa de gran parte del público y la crítica, pasados los años se ha considerado uno de los textos dramáticos clave del teatro del siglo XX.  

Las hermanas Claire (Ana Torrent) y Solange (Alicia Borrachero) son las criadas de una Señora (Jorge Calvo) de la alta burguesía francesa. Todas las noches inician una ceremonia perversa, un ritual donde la realidad y la ficción se mezclan en un peligroso juego de cambio de identidades. Claire es la Señora y Solange es Claire. Solange es la Señora y Claire es Solange, las hermanas alternan los papeles constantemente, ninguna existe por sí sola porque son dos rostros de un mismo personaje.

La Señora representa para ellas la cima de la pirámide, la luz donde se refleja el deseo de ser otra. Por eso las hermanas se visten, juegan y se convierten en una simulación de ese ser divino que es la Señora. La inquina y la rabia de ser conscientes de su destino de criadas les llevará, de un modo inevitable, a un desenlace fatal.  

El director de la obra, Luis Luque apunta que "observo la foto de Jean Genet que me mira desde la portada de un libro. Un libro que utilizo a modo de portarretratos. He mirado esa foto durante meses, he hablado con ella, le he preguntado y le he rezado. Un día soñé que entraba en una habitación que estaba toda pintada de color blanco, en el sueño no podía salir de la habitación, el blanco lo ocupaba todo, el sueño se tornó en pesadilla. Cuando me desperté pensé que, si hubiera un infierno, ese sería como esa habitación, todo pintado de color blanco. Claire y Solange, nuestros personajes protagonistas en Las criadas, habitan un lugar que bien podría ser un infierno blanco".

"Una habitación blanca donde viven las hermanas, una estancia o vestidor, umbral del gabinete de la reina. Lo blanco, lo impoluto, lo liso, lo pulcro se convierte de esta manera en metáfora de la enfermedad del gran burgués. En este espacio escénico despojado de objetos y muebles, las hermanas Claire y Solange imaginan los espejos, las joyas y los fastuosos vestidos de su señora. La luz sofocante ahoga a estas criaturas en una atmosfera de locura sin comienzo y sin fin", asegura Luque.  

"La elección de Ana Torrent y Alicia Borrachero no es casual. Con Ana, que ya nos habíamos enamorado y queríamos seguir explorando juntos, encontré a la Claire perfecta, un personaje que quiere ser y suplantar a su señora. De Alicia solo puedo expresar mi agradecimiento y mi admiración. Una fuerza conmovedora y una verdad interpretativa recorren el alma de Alicia para abordar el personaje de Solange. La Señora es Jorge Calvo, la elección de un actor para interpretar a la señora es un claro símbolo para entender el universo de Genet, también así, apuntala el conflicto de la identidad que subyace en toda la obra. ¿Esta señora es así o es un reflejo odioso de sus criadas? Es una pregunta que queda como provocación al público", explica Luque.  

"En toda obra dramática florecen ideas o preguntas que intentamos mostrar al espectador. Muchas son las cuestiones que afloran en Las criadas: el conflicto de la clase social, el conflicto de la identidad, de lo que somos y en realidad de lo queremos ser… Las grandes pasiones humanas en los personajes: lo que anhelan, lo que sufren, lo que envidian, son los rasgos que nos hacen empatizar con ellos, son esos rasgos los que nos hacen de espejo de nuestras propias pasiones. Si me preguntaran para mí cuál es la cuestión más importante en esta obra es que la vida si sentir amor no es vida. Sí, la vida sin amor no es vida, solo es caos y locura, concluye Luis Luque.

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