Ya lo dijo al iniciar el concierto. “La vida es preciosa. Vamos a bloquear durante dos horas los momentos más duros y difíciles, para pasar una noche maravillosa”. Estas palabras de Vanesa Martín fueron cumplidas como un dogma por sus fieles seguidores, unas 2.500 personas, que dibujaron juntos un mar de canciones y emociones, anoche en la Plaza de Toros.

Fue un concierto que dio rienda suelta a un arcoíris de sensaciones, desde la sobriedad inicial, pasando por la intimidad del piano, y dando también cabida a momentos para el baile y para desmelenarse, como una forma gráfica con la que la cantautora malagueña quiere enseñar Todas las mujeres que habitan en mi. Es una gira en la que la artista se muestra, como siempre, honesta y transparente; un concierto en el que Vanesa confesó su pasión por las playas de la costa almeriense, y en el que compartió esas letras que penetran hasta el alma y que cada uno de sus seguidores la hace suya.

En su concierto, Vanesa Martín fue conquistando de manera progresiva a su legión de seguidores que vibraban con su forma de cantar y contar historias. Melodías accesibles pero trabajadas desde la sencillez menos ampulosa, una manera propia de contar historias interpersonales, en el punto en el que la razón alcanza la madurez de saber aprender a llevar las heridas del amor y una voz que, dosificada entre la modulación pop y los alardes líricos, se ha convertido en una de las más apreciadas del momento. Todo eso y más expresó en la Plaza de Toros almeriense, donde su público vibró con la intensidad de los temas.

Durante las dos horas de actuación hubo cabida para los temas de su último trabajo, tales como El intento, De tus ojos o Inventas, pasando por canciones de otros discos ya convertidas en himnos, tales como Ropa desordenada, Sin saber por qué o Habito en ti Más de una veintena de letras en las que habla del amor, desamor y de la vida, y en cada una se deja la piel para hacer disfrutar a sus fans. Con una puesta en escena muy atractiva y rodeada de excelentes músicos, Vanesa Martín se desdobló a veces en una cantante pasional, con rabia en otros temas, delicada en ocasiones y siempre con ternura.