Vibrante ardor guerrero legionario en la Patrona de Infantería
La Brigada de La Legión celebró emotiva festividad al ser la despedida del coronel Bados, jefe del Tercio 3º D. Juan de Austria
La de ayer fue una jornada legionaria en la que se unieron el ardor guerrero de los infantes para festejar a su Patrona, La Inmaculada, con las emociones propias de quien deja el mando de su Unidad por el transcurso del tiempo reglamentado, como es el caso del coronel Víctor Bados, jefe del Tercio D. Juan de Austria, 3º de La Legión, o de quien vivió su última Patrona al frente de la propia Brigada, como así lo hizo su general jefe Juan Martín Cabrero. Habría sido imposible que la parada militar estuviera mejor preparada, que a la solemnidad del acto se le uniera mayor marcialidad, impecable en su desarrollo, vibrante en el canto de los himnos, emoción en el recuerdo a los que entregaron su vida a España, orgullosos de quienes se encuentran desplegados en operaciones en el exterior velando por la seguridad de todos los españoles, y de cuantos han dado lo mejor de sí mismos en su servicio a la Patria.
Valeroso, abnegado, sacrificado, humilde, orgulloso, generoso, comprometido y leal. Así definió en su alocución el general Martín Cabrero al soldado de Infantería, cualidades que unidas a los valores inculcados a través de los espíritus del Credo Legionario "hacen de nuestra Unidad lo que Millán Astray definió como la mejor Infantería del mundo". Esto es la Infantería, afirmó el gebrileg, "humildes soldados, guerreros que combatimos unidos, con un mismo ideal y una sola voluntad, que junto con el resto de legionarios que componen nuestra Brigada buscamos permanentemente ser empleados en las posiciones de extrema vanguardia, en las misiones de mayor riesgo y fatiga, para orgullo de nuestra unidad y de la Infantería".
Tras la imposición de condecoraciones al personal distinguido, el general Martín Cabrero impuso el chapiri y entregó los títulos de Legionario de Honor a Francisco Javier Carrillo Montesinos y Tomás Cuesta Gutiérrez. También hubo un momento de especial emotividad para los 12 militares que se despidieron de la Bandera tras una vida de entrega a la Patria, entre ellos, el coronel Puig-Terreros y el teniente coronel Ferre. Id tranquilos a vuestra ganada situación de reserva, vuestro ejemplo nos servirá de guía y estímulo, manifestó Martín Cabrero, que recordó el 125 aniversario del patronazgo de La Inmaculada sobre la Infantería, que también lo es de España desde que en 1760 Carlos III consiguiera una bula especial del Papa Clemente XIII, Patrona igualmente del Cuerpo Jurídico Militar y el de los Capellanes Castrenses. El recuerdo a los legionarios destacados en Irak y Mali embargó el corazón de familiares y compañeros de todas las unidades en formación, cuyos guiones y banderines participaron en el homenaje a los caídos y en el desfile que tuvo al frente por última vez al coronel Víctor Bados como jefe de la formación. 'El novio de la muerte, la canción del legionario y el himno de Infantería' hicieron vibrar los corazones de cuantos participaron ayer o asistieron a una festiva jornada llena de sentimientos y de orgullo.
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