El ballet de Víctor Ullate emociona con un programa atrevido y original
Las piezas 'Jaleos', 'Y', Après a toi' y 'Bolero' hacen rendirse al público en el Maestro Padilla
El Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid puso sobre las tablas del Auditorio Maestro Padilla el viernes un programa ecléctico, que fue de lo más clásico y la ópera hasta los boleros y la música latina del primer tercio de siglo XX, ejecutado todo con una pulcritud artística excelente, con un detalle creativo impresionante y con una mezcla de atrevimiento y ortodoxia reservada sólo para los auténticos genios de una disciplina artística, exacta y justamente lo que es Víctor Ullate a la danza.
Con Jaleos, Ullate calentaba el Auditorio con una exhibición de su compañía al completo, retrotrayéndose a 1996, cuando estrenó esta pieza en el City Center de Nueva York, con tonos flamencos y muy españoles, ejecutados con pulcritud artística y con una coordinación espectacular que hacía moverse a una veintena de bailarines sobre el escenario, combinando las actuaciones conjuntas con los monólogos y las actuaciones en pareja.
A esas alturas, el Maestro Padilla ya estaba entregado, como lo demostró la amplia y profunda ovación sobre la que el telón escondía el nuevo decorado.
Tras ello, Y, un atrevido, clásico y al mismo tiempo original montaje protagonizado por una pareja masculina integrada por Cristian Oliveri y Josué Ullate, inspirada en canciones de Gustav Mahler, para tratar el trasfondo del destino y su influencia sobre el género humano.
Après a toi, la tercera pieza de la noche, compuesta por Ullate como homenaje a su maestro, Maurice Bèjart, fue un monólogo a cargo de Darian Acosta, sobre música del maestro Beethoven, para explorar el interior del ser humano y el recuerdo del maestro al que Ullate quiere rendir homenaje. Sin duda, uno de los puntos fuertes del programa, por la perfección ejecutoria de Acosta y la pulcritud creativa y coreográfica de Ullate.
La velada finalizaba con una auténtica revolución sobre las tablas, un Bolero que se iniciaba con la música de El Manisero, ejecutada por la mítica Argentinita y de nuevo con toda la compañía sobre el escenario, conformando un cabaré de los años 20 y recreando el ambiente distendido y al mismo tiempo tenso que se vivía en estos espacios y en aquella época.
Era sólo el preludio de Bolero, que de repente se apoderada de la escena con la fuerza y la profundidad del Bolero de Ravel, ejecutado como protagonistas por Marlen Fuerte y Josué Ullate y con el resto de la compañía al fondo como 'coros', ante una relación que pasaba del enfrentamiento a la complicidad entre la pareja central. Un huracán de arte y plasticidad que provocó muchos minutos de aplauso ininterrumpido por parte del público.
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