Cultura

Voces de Holliger

  • El sello alemán ECM ofrece una nueva grabación con obras recientes del oboísta y compositor suizo Heinz Holliger

El de Heinz Holliger (Langenthal, Suiza, 1939) es un caso singular. Pocas veces un instrumentista de éxito en el repertorio barroco y clásico es a la vez una de las figuras más respetadas y apreciadas de la composición de vanguardia. Como oboísta, y aunque también dedicó atención a la música contemporánea y han escrito para él algunos grandes autores (Berio, Carter, Henze, Pousseur, Lutoslawski…), Holliger se hizo famoso en los años 60 y 70 con grabaciones de Vivaldi, Albinoni, Mozart, Telemann o Bach junto a grupos como la Camerata de Berna, I Musici o la Academy of St. Martin in the Fields para las principales multinacionales de la industria discográfica. Pero a la vez el suizo se labraba fama de compositor audaz, cercano al estilo de Boulez (con el que estudió) tamizado por la rama más expresionista y lírica de la Segunda Escuela de Viena (la de Berg).

Hay en la música de Holliger un interés muy obvio por la literatura, que se aprecia en algunas de sus mejores partituras, como en el Scardanelli zyklus, una obra de los años 70 basada en los poemas del último Hölderlin, el trastornado ya por la locura, y que fue revisada a principio de los 90, cuando alcanzó su máxima difusión gracias a las grabaciones; Tonscherben (1985), a partir del poeta israelí David Rokeah; o Beiseit (1990) un ciclo de lieder sobre Robert Walser, que también está detrás de su Blancanieves, su última ópera, estrenada en 1998.

En este álbum que vuelve a dedicarle ECM, un sello especialmente comprometido con su causa, Holliger toca la cima de sus mejores momentos como compositor con otro par de ciclos vocales que, pese a la diferencia de sus planteamientos, convergen en una expresiva esencialidad. La tensa condensación del discurso se hace aforística en Puneigä (2000-02), una colección de diez breves canciones para soprano y pequeño conjunto sobre poemas de Anna Maria Bacher más cuatro interludios instrumentales, y se alarga en Induuchlen (2004), ciclo de cuatro piezas escritas sobre poemas de Albert Streich para contratenor y trompa natural. El carácter directo, fulgurante, entrecortado de Puneigä, de una expresividad abierta y lacerante, de un lirismo que no queda lejano a las miniaturas de un Kurtág, se transfigura en Induuchlen, en el que el contratenor estira las sílabas en un proceso de aumentación que termina por crear una auténtica plegaria declamada que construye imitando en ocasiones el registro de la trompa (se exige al cantante usar a menudo su voz natural de barítono).

El tono dominante es en ambos casos oscuro, sombrío, pero, si se exceptúan algunos estallidos violentos de Puneigä, que parecen provenir directamente del Wozzeck, resulta también de una serenidad lírica (y lúgubre) que no oculta su perturbadora y estremecedora intensidad. Algo más ligeras resultan las obras instrumentales que abren y cierran este imponente trabajo de los Solistas Suizos de Cámara y varios excelentes solistas, Toronto-Exercises (2006) y Ma'mounia (2002), obras en las que Holliger muestra variedad y sabiduría en el empleo de la forma y notable imaginación en los juegos y contrastes de timbres.

Sylvia Nopper, soprano; Kaï Wessel, contratenor. Swiss Chamber Soloists. ECM New Series (Diverdi)

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