Más que un 'Zoo', una jungla

XXXIII Festival de teatro de el ejido La compañía Yllana repite de nuevo en la muestra

La compañía Yllana llevó una vez más una de sus representaciones al Festival de Teatro de El Ejido. La obra estuvo cargada de grandes momentos de humor y sus protagonistas vivieron situaciones inesperadas

El domador sobre los dos leones de la jungla de 'Zoo'.
El domador sobre los dos leones de la jungla de 'Zoo'.
Fran Murcia / El Ejido

30 de mayo 2010 - 05:00

La prueba de que se puede conseguir más carcajadas cuando se comete algún error que cuando sale todo a pedir de boca se produjo en el Teatro Municipal a cargo de la compañía Yllana y su obra Zoo. Cuatro actores ofrecieron sobre el escenario toda su creatividad para provocar las carcajadas de los asistentes y lo consiguieron.

El elenco de la representación estaba compuesto por César Maroto, Juan Francisco Dorado, Susana Cortés y Rubén Hernández.

Zoo empezó con una proyección de vídeo donde se representaba un mapa y un viaje. Los actores aparecieron por un lateral del Teatro Municipal y retiraron a los asistentes de sus butacas para bajar por las escaleras a través de una cuerda.

Las carcajadas se empezaron a escuchar desde el principio en el Teatro Municipal. La imaginación y los sonidos comenzaron a jugar con los elementos que había sobre el escenario desde el principio.

De los cuatro exploradores, uno mostraba su destreza que era mucho mayor que el del resto de sus compañeros. Los momentos disparatados comenzaron a producirse a través de navajazos y golpes de manera continua.

Los instintos sexuales de los protagonistas también se pudieron apreciar en clave humor. Incluso los modos más groseros también aparecieron sobre el escenario de El Ejido que obtuvieron gran parte de

Un mono de peluche sirvió para representar escenas típicas de la jungla, aunque con la exageración necesaria para conseguir las carcajadas de los asistentes.

La protagonista mostró como la vida en la jungla provoca que su aspecto se deteriore y el olor corporal marchite las flores del lugar.

Uno de los momentos más apoteósicos de la obra y que más risas suscitaron fue cuando los tres protagonistas masculinos salieron disfrazados de monos y en una parte de la escena se la cayó la dentadura a uno de ellos.

El Teatro no pudo reír. Llegó a tal punto que hasta el protagonista estuvo varios minutos imposibilitado para seguir con el guión. El protagonista lloró de no poder contenerse la risa.

El contagio se propagó por sus compañeros de reparto y en las escenas posteriores se pudo ver como se les escapaba alguna sonrisa cuando realizaban alguna representación con mayor dosis de humor.

Otro de los momentos con los que jugaron los protagonistas fue cuando comenzaron a escupir cacahuetes a los asistentes a la obra.

En la obra, los cuatro actores no estuvieron solos, sino que sacaron a una persona del público para representar a un león. El asistente domado por uno de los actores mostró su desparpajo y agilidad a la hora de imitar los números requeridos.

Dos de los actores que se disfrazaron de leones subieron por las butacas del teatro para jugar con el público.

Para finalizar, se vivió una serie de aventuras por aire, tierra y mar donde la imaginación estaba servida y con pocos instrumentos fueron capaces de crear mundos diferentes.

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