Cultura

El almeriense Kiko Medina produce 'La primera cita' que se rueda en Sevilla

  • La cinta que dirige Jesús Ponce tiene a Isabel Ampudia, Sebastián Haro y Mercedes Hoyos en el reparto junto a la almeriense Paqui Montoya

El almeriense Kiko Medina produce la película La primera cita que se rueda en Sevilla. La cinta está dirigida por Jesús Ponce y cuenta en el reparto con Isabel Ampudia y Sebastián Haro junto con Mercedes Hoyos, Víctor Clavijo, Darío Paso, Bruto Pomeroy y Ana Cuesta. En el reparto también participa la almeriense Paqui Montoya, Lucía Hoyos, Dani Morilla, Carlos Bernardino, Andrea Haro, Alicia Moruno, Juan Carlos Sánchez, Ana María Carvajal, Manuel Pérez, Francisco Rodríguez "Padi", Eduardo Trías.

El tema principal de la película es la enfermedad de Alzheimer. Esa producida por KMPC con la participación de Canal Sur TV, y con Magnetika Films como productora asociada. La película se rueda en Sevilla capital, aparte de Almensilla y Mairena de Aljarafe y Matalascañas en Huelva.

La primera cita. O cómo vivir de manera positiva una desgracia. Una historia que parte de una situación terrible y ésta es aprovechada para redimir el amor y reparar los errores del pasado.

"Isabel es una mujer de mediana edad, casada con un hombre que nunca ha sido un dechado de virtudes. Él no ha dado muestras de cariño ni de delicadeza jamás. No ha comprendido nunca sus sentimientos ni lo ha intentado. Un brote de Alzheimer en ella le provoca lapsus en los que confunde frecuentemente a su marido con otras personas, lo que accidentalmente le permite a él conocer su mediocridad como pareja, sus errores y su mal carácter - que siempre se negó a ver.

Ante tales circunstancias, en un gesto de amor y de reparación del daño causado por tantos años de egoísmo, él aprovechará sus olvidos para hacerle vivir repetidamente sus momentos más felices aprovechando que ella no los recuerda."

Es una película dirigida principalmente a hombres y mujeres de más de 30 años sin importar cual sea su clase social y nivel económico: el tema tratado afecta a todos los estratos sociales por igual. Una aproximación respetuosa y nada condescendiente a una enfermedad - que es parte de la sociedad de hoy -, al universo femenino y al mundo de la pareja tradicional. Y todo ello con giros de guión que no dejarán indiferente al espectador.

Pero no hay que olvidar que esta historia está en todo momento contada desde la visión de Isabel, la verdadera protagonista, una mujer de una generación que se conoce bien y que convivió con ese tipo de machismo que con tanta naturalidad asumió la sociedad como algo normal que, sin embargo, cuando se ve en una pantalla es un reflejo terrible de la situación de la mujer, y que podía tener consecuencias sociales si no se aceptaban las reglas del juego del hombre.

El teniente Sebastián Haro es un militar de academia de los de la vieja escuela, que ni una sola vez en toda su carrera en el ejército de tierra ha vivido un conflicto y que ha visto llegar la prejubilación desde el sillón de su despacho.

Como todos los militares de su generación es de carácter fuerte, de los que se llevan el cuartel a casa, y muy reservado, especialmente en todo lo que se refiere a su matrimonio, que contrajo siendo muy joven y acerca del cual no le ensañaron nada en la academia.

La prejubilación no le ha pillado desprevenido, pero sí le ha llegado sin haber elaborado un plan con el que entretenerse los próximos años, mientras sus fuerzas se van apagando.

Isabel Ampudia es la mujer del Teniente Haro, con quien contrajo matrimonio siendo muy joven y con quien no ha tenido hijos. Isabel, que pasó directamente de ser una adolescente que vivía en casa de sus padres a ser la esposa de un militar que la dejaba en casa sola cada vez que se iba de maniobras. Isabel tuvo que aprender a sobrellevar unos primeros años de matrimonio muy difíciles bajo el mismo techo de un militar incapaz de dejarse la disciplina en el cuartel al salir por la puerta.

Isabel empieza a exteriorizar de forma prematura los síntomas de una de las enfermedades que más sufren los que están alrededor del enfermo: el Alzheimer.

Mercedes Hoyos es la otra mujer en la vida del teniente Haro. Cuando se conocieron, ella era prostituta en un burdel que frecuentaban los militares, hecho que no parecía suponer ningún dilema moral para ellos especialmente cuando estaban de maniobras. Mercedes, con el tiempo, ha acabado regentando un club en Sevilla, donde además de la ser la responsable del negocio, continua recibiendo a sus clientes de toda la vida.

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