Amancio Prada: “En la Catedral canté los versos de San Juan de la Cruz como nunca más los he vuelto a cantar”

Música

El cantautor ofrece un concierto este sábado a las 20:30 horas en el Auditorio Maestro Padilla

Amancio Prada tiene grandes recuerdos de sus visitas a Almería.
Amancio Prada tiene grandes recuerdos de sus visitas a Almería.

Amancio Prada es uno de los referentes indiscutibles de la canción de autor y la sensibilidad poética de la escena musical española desde hace cincuenta años. Cinco décadas dedicadas a la música y la poesía cantada que se recoge en la gira Libremente y que hace escala en Almería, en el Auditorio Maestro Padilla este próximo sábado, 18 de octubre, a partir de las 20:30 horas.

Prada tiene una memoria prodigiosa. Almería ocupa un lugar importante en su corazón. “Llevo mucho tiempo sin ir a Almería. A pesar de tanto tiempo transcurrido, los recuerdos son tan vivos. Tengo recuerdos de una vez que me invitaron a una asociación de pedagogos, y se les ocurrió invitarme a cantar, porque tenían todos ellos como común denominador, ponerle a los alumnos de vez en cuando alguna canción mía para ver si así se aficionaban a la poesía”.

“Tengo recuerdos también de una vez que coincidí con Agustín García Calvo, invitados a participar en una serie de conferencias y de conciertos. Y aquella vez yo canté en el patio de la Escuela de Arte de la ciudad. Y también recuerdo la primera vez que fui a Almería. Actué en el Teatro Cervantes por donde habían pasado Juanito Valderrama y Antonio Molina, en otro tiempo”, comenta Prada.

“Recuerdo con cariño cuando actué en el Teatro Apolo. Decidí llevar una guitarra que fue construida en Sevilla en 1841. Con aquella guitarra di un concierto cantando una parte de él dedicada a Rosalía de Castro. Y tuve un encuentro además con un lutier de los mejores que hay hoy día en España, que se acababa de instalar en Almería Es Carlos González, un asturiano, que después de dar muchas vueltas por el mundo entero se fue a vivir y a trabajar a la tierra de Antonio de Torres”.

Sorprende como Amancio Prada tiene tan presente todas sus actuaciones en Almería. “Pero hay un recuerdo que los supera a todos. Fue un concierto del Cántico Espiritual en la Catedral Fortaleza de Almería. Tal vez era el año 1991 y me fue tan difícil, tan gozosamente costoso llegar hasta el altar para cantar, porque estaba tan abarrotada de gente sentada en los bancos y sentada en el suelo. Y allí canté los versos de San Juan de la Cruz como creo que nunca más los he vuelto a cantar”.

Está ilusionado con cantar en el Auditorio Maestro Padilla. “Volver de nuevo me parece muy grande para mí. Y además al Auditorio que lleva el nombre de José Padilla, un hombre mítico y un creador de unas melodías inolvidables. Inolvidables porque no sabemos ya el autor, sino solamente las melodías y que enamoró a Charles Chaplin”.

Con respecto al concierto de este sábado en Almería, Prada apunta que “quiero llevar todo lo que en estos años no he podido llevar y volver a cantar todo aquello, más todo lo que vino después. Y todo como si fuera la primera vez”. También habla de las cinco décadas que lleva dedicado a la música. “Ha sido un camino de tropiezos, de desalientos, dibujado por un aliento incesante que siento en mí desde que era niño. Cantar es como respirar, cantar es vivir, dar muestras de que estás vivo y al mismo tiempo tu propio canto espanta sus penas, porque el que canta sus penas espanta”.

Prada ha cantado a tantos poetas ya fallecidos como a otros vivos que son amigos suyos, que la lista es interminable. “Tengo tantos amigos poetas y me gustaría cantarlos a todos, pero el deseo no depende de mí. Para mí todos los poetas que canto están en mí, lo siento dentro de mí y yo soy ellos también. Cuando canto a Rosalía soy Rosalía, cuando canto a San Juan soy San Juan, cuando canto a García Calvo soy García Calvo. Soy lo que canto, porque canto lo que he vivido y vivo lo que canto”.

El cantautor vivió una etapa siendo muy joven en Francia donde el ambiente de esos años le cambió la vida para siempre. “Ahora soy más consciente de lo que viví entonces, de haber cantado con Georges Brassens o haber conocido a Georges Moustaki o haber escuchado a Yves Montand o a Juliette Gréco, haber cantado en la calle, haber bajado a cantar en la bodega de un cabaret de poesía. Entonces yo aquello lo vivía con una inconsciencia, con una tranquilidad, que no me impedía que el día siguiente cogiera un tren y volviera a casa de mis padres y mi padre me mandara a cuidar las vacas”.

El artista se estremece cuando recuerda a los grandes poetas a los que ha cantado. “Rosalía Castro fue clave en mis primeras canciones y después de Rosalía, en seguida vino San Juan de la Cruz, cuya obra conocí con 20 años en París en el otoño de 1969”.

Haciendo un ejercicio de imaginación, Amancio Prada mantiene que “si tuviera delante a Federico García Lorca no le diría nada, pero le cantaría algunas canciones suyas y tendría que estar viendo su sonrisa y sintiendo su abrazo”.

El pasado año se cumplieron 50 años del primer disco de Amancio Prada. “Aquel disco primero es la semilla de todo lo que vino después. Es un disco bilingüe, un disco sobre poemas, unos antiguos, otros contemporáneos, unos ajenos, otros escritos también. Para mí, todo lo que vino después estaba en aquella primera semilla”.

Con respecto al secreto de su éxito, Prada mantiene que “recuerdo que una vez Chicho Sánchez Ferlosio, me dijo que yo era un artista que gustaba mucho a pocos. El secreto está en la vocación, esa palabra que ahora está tan de moda”.

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