Manolo Escobar, que popularizó Mi carro, el Porompompero o Y viva España, canciones que llevan décadas instaladas en la memoria colectiva de millones de personas, falleció ayer a los 82 años en su casa de Benidorm. En esa localidad, donde residía, estuvo hospitalizado estos últimos días debido al cáncer que padecía, según explicaron fuentes próximas a la familia. El cantante almeriense, que padecía esa enfermedad desde hace años, se vio obligado a ingresar en una clínica de la ciudad alicantina a comienzos de este mes tras sufrir una insuficiencia renal y un pequeño ictus. Fue dado de alta hace unos días y desde entonces se hallaba en su domicilio, donde encontró la muerte rodeado de sus seres queridos.

El cantante, que el pasado día 19 celebró su cumpleaños, tenía incluso previsto retomar sus actuaciones en 2014. Para el 4 de enero había planeado ofrecer un concierto en el Palacio Euskalduna de Bilbao en el que repasaría los temas más conocidos de su larga y exitosa carrera.

Escobar murió "dulcemente" -explicaba su sobrino Gabriel García Mármol-, "como durmiendo", mientras hablaba con su familia y tras pasar dos días "magníficos". "Le dieron el alta el lunes y ha estado estos últimos días estupendamente. Pero mientras estaba hablando con él, con total normalidad, le ha dado una especie de crisis cardiorrespiratoria y cada vez ha ido respirando más débilmente. Y se ha ido mientras yo le decía: pero oye... padrino, escucha", relataba emocionado su sobrino, que también era el representante del artista. La capilla ardiente se instaló la tarde de ayer en el salón de plenos del Ayuntamiento de Benidorm y permanecerá abierta al público hasta hoy por la tarde, cuando se celebrará el funeral por el artista nacido en El Ejido en 1931, municipio con el que mantuvo siempre una fuerte vinculación y cuyo Ayuntamiento, no en vano, bautizó cuatro de sus centros públicos con su nombre. El alcalde, Francisco Góngora, anunció que la localidad vivirá tres días de luto oficial por el cantante, Primer Hijo Predilecto de El Ejido, que "siempre estará en deuda" con él, añadió Góngora.

Considerado uno de los máximos representantes de la canción española y de la copla, después de más de medio siglo en activo, Manolo Escobar era uno de los principales símbolos de la cultura popular. Con más de 80 discos publicados, era también uno de los intérpretes españoles más conocidos fuera del país, gracias a superventas como La minifalda o Mi pequeña flor (Vanessa).

Quinto hijo de una familia de diez hermanos, pasó su infancia en Badalona (Barcelona), ciudad a la que sus padres se trasladaron cuando él tenía 14 años porque, como diría después el cantante, "no se resignaban a no tener trabajo". Allí formó junto a varios de sus hermanos el grupo Manolo Escobar y sus guitarras, que llegó a grabar un disco. Pero la aventura de la música era una empresa demasiado arriesgada en aquella España árida y hostil de los años 50 y tan sólo él siguió adelante. Debutó en solitario en 1961 en Córdoba con el espectáculo Canta Manolo Escobar, iniciando una primera década de éxito jalonada por dos hitos musicales, la rumba El porompompero y Mi carro, muy probablemente su canción más icónica, lo que recientemente, en una de sus últimas declaraciones públicas, llevó al intérprete a declarar que estaba "hasta las narices" de ambas.

En las décadas de los 60 y los 70, Manolo Escobar protagonizó películas como Los guerrilleros, Mi canción es para ti, Un beso en el puerto, Juicio de faldas, Entre dos amores, Cuando los niños vienen de Marsella y Alejandra, mon amour. Pero fue la música la que le proporcionó más galardones, con más de 40 discos de Oro en su trayectoria o la Medalla de Oro del Mérito al Trabajo en 2011, uno de los premios que más ilusión le hizo junto con el de Hijo Predilecto de su localidad natal y la Medalla de Andalucía en 2008.

Sus últimos diez años de vida se vieron trabados por numerosas visitas al hospital. Hace apenas tres años se le extirpó un tumor en el colon que acabaría en metástasis, pero nada le impedía retornar una y otra vez al trabajo, aunque fuera "con una muletita" -solía decir él- como la que portaba tras la operación de cadera a la que se sometió en 2012.

Aparte de la música, la pintura fue la otra gran pasión artística de Escobar, que era propietario de una importante colección de arte contemporáneo.

Llevaba más de 50 años casado con Anita Marx, una mujer alemana a la que conoció en una playa de Gerona y con la que se casó días después sin que ninguno de los dos supiera entonces hablar el idioma del otro. En 1977 adoptaron a una niña, Vanessa, a quien dedicó varias canciones y con la que grabó en 1982 el tema Papá, te quiero mucho.

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, lamentó este fallecimiento que supone, dijo, la desaparición de "un símbolo que ha habitado medio siglo en el paisaje sonoro de los españoles". "Cercano, muy disciplinado y nada divo" lo recordaba el actor Álvaro de Luna, que trabajó con él en películas como Préstamela esta noche, En un lugar de La Manga o Juicio de faldas. También le dedicó unas palabras su amigo Peret, quien dijo que "ha hecho historia, ha sido lo máximo, es el artista de España".