Cultura

Más de 20.000 asistentes en la séptima edición del Creamfields

  • El macro recinto de Guardias Viejas acogió 15 horas de música electrónica ininterrumpida en todas sus vertientes · En la víspera del festival unas 1.000 personas acudieron a la "Fiesta Oficial de Bienvenida"

"Increíble". Al preguntar a cientos de asistentes por una palabra que definiese Creamfields la respuesta fue unánime. Entre el miércoles pasado y la mañana del sábado la ejidense playa de Guardias Viejas se convirtió en el punto de encuentro ineludible para cientos de jóvenes que fueron llegando de todas partes del mundo dispuestos a calentar motores para la cita más esperada del año.A las 7 de la mañana se clausuró la 'Welcome Party', que empezó a las 21:00 horas del viernes. Unas 1.000 personas disfrutaron de forma gratuita de las actuaciones de C-System, Tim Ruth, Louis Grandson y Álvaro Mesa en el Escenario Nacional del recinto acotado. Sin embargo, algunos asistentes, como Álvaro de Estepona (Málaga), afirma que "la fiesta de bienvenida fue un poco floja y no cumplió con las expectativas del público". Otros, como Sarah de Innsbruck (Austria), prefirieron quedarse descansando y reservar fuerzas para la noche siguiente.

Sobre las 11 de la mañana, ya estaba todo a punto en El Ejido para recibir a las más de 20.000 personas que se concentraron en la ladera del Castillo de Guardias Viejas. Desde la autovía se observaba una multitud de vehículos que seguían los carteles orientativos hacia el festival -incluidos los autobuses habilitados para transportar a los asistentes desde El Ejido y Almerimar a Guardias Viejas, y viceversa-. Una vez pasados todos los controles que las fuerzas y cuerpos de seguridad efectuaron a casi todos los automóviles, se podía estacionar en los 225.000 metros cuadrados de terreno que la organización del evento dispuso a modo de estacionamiento en ocho zonas. Los más clásicos, aterrizaron en la playa provistos de tiendas de campaña; pero también hubo quien durmió en el coche y quien convirtió una furgoneta en una auténtica vivienda. Como un grupo de amigos de Totana (Murcia), que habilitaron sillas y mesas de plástico, un colchón en el suelo, una manguera desempeñando la función de ducha y, a la hora de comer, el hornillo y las planchas para cocinar hicieron el resto.

A media mañana ya se podía sentir en los alrededores del recinto la verdadera expectación que despierta Creamfields. Miles de jóvenes hablaban, comían, bebían y bailaban mientras contaban las horas para que se abriesen las puertas del recinto. Entre los asistentes, la mayor parte se confiesa asidua al festival. "Llevo viniendo desde los 18 años con mis amigos de toda la vida. Muchos de ellos se han ido a estudiar o a trabajar fuera y Creamfields es la excusa perfecta para reencontrarnos cada verano" afirma Cristian, de Cádiz. Esto explica que edición tras edición se agoten tan rápido las primeras 5.000 entradas, que se ponen a la venta en mayo por 40 euros, sin siquiera haberse confirmado la asistencia de los artistas. Conforme se va desgranando el cartel, el precio de la entrada va incrementándose, hasta alcanzar los 65 euros. "Nosotros, aunque sabemos que vamos a ir fijo, no solemos comprar las entradas con antelacion. Los nervios de adquirlas a última hora se han convertido también en parte del ritual". Para otros muchos, esta edición ha sido la primera toma de contacto con el evento. "Nunca me han gustado las aglomeraciones de gente, pero este año hay un cartelazo. Varela, 2ManyDjs, Orbital, Vitalic, Drop The Lime, Guetta... No podía perdermelo" confiesa Mario de Baza (Granada). Hubo quien tuvo suerte, como dos granadinos a los que les tocaron pases en una emisora de radio. Sin embargo, para el resto de gente que tuvo que hacer frente al coste de la entrada, cualquier iniciativa es buena. Fueron muchos los particulares que llevaron neveras repletas de refrigerios para comercializarlos a lo largo de la calurosa jornada. No faltó la venta de camisetas, abalorios, tabaco, bocadillos, paella recién hecha e incluso reventa de entradas para el festival.

A partir de las 18:00 horas, la gente comenzó a llenar recinto de forma gradual para dejarse llevar por el sonido de los 32 artistas confirmados, que actuaron en cuatro escenarios simultáneos. El Barceló Stage contó con la presencia de Bloody Beetrots, Jonh Digweed, Oscar Mulero, Orbital y Vitalic, entre otros. Fue uno de los escenarios con más actividad, junto al Alambra Stage, donde actuaron Skream vs. Benga, 2ManyDjs, Crookers, Erol Alkan... Pero no todo fueron figuras internacionales, ya que en el Escenario Nacional se disfrutó del sonido de Ángel Molina, Wally López, Marc Marzénit o Superlush. En Andalucía Suena se realiza anualmente un concurso de djs amateur. El ganador tiene el privilegio de ser el primer artista confirmado en la próxima edición, como le pasó a Dj Bicho el pasado año. El ambiente fue inmejorable y, además, entre dj y dj el entregado público pudo sofocar el fuerte calor en la Zona Microclima, donde la temperatura rondaba los 20ºC gracias a un sistema de refrigeración y ventiladores. Benny Benassi, Digitalism, Cristian Varela y Junior llevaron hasta el amanecer a Guardias Viejas desde los escenarios Barceló, Alhambra, Nacional o Andalucía Suena, respectivamente. Los encargados de poner el broche de oro a las 15 horas de música non stop fueron David Guetta, Drop The Line, Henry Saiz y Javy Unión, artistas de primer nivel que hicieron temblar el suelo almeriense. A partir de las 9:30 horas de ayer los asistentes fueron desalojando el recinto para asentarse de nuevo en la playa. Nada mejor que un buen baño mañanero para poner un cierre de lujo a estos días de sol, playa, excelente música y ambiente y despedirse del Creamfields hasta agosto de 2011.

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