Al Ayre Español y López Banzo, con la ‘soave armonia’ de Corelli
Festival de Vélez-Blanco
El del miércoles fue el primer concierto de pago de este festival y congregó a más de 250 personas en la iglesia del convento de San Luis
La sonata da chiesa fue el género protagonista de la noche
El Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco (FestiMUVB) ha pasado ya ecuador de su 23ª edición y el entusiasmo del público se mantiene a la par que la calidad de las formaciones que pasan por sus escenarios. La noche del miércoles fue el turno del grupo Al Ayre Español, uno de los más prestigiosos del panorama de la música antigua española. Dirigido por Eduardo López Banzo, Al Ayre Español puso en escena La soave armonía. Corelli y la Sonata da Chiesa, un programa barroco que entusiasmó al público, y con toda la razón.
El grupo –compuesto por los violines Alexis Aguado y Kepa Arteche, el violonchelo de Aldo Mata, el contrabajo de Xisco Aguiló, bajo la dirección de Eduardo López Banzo, a cargo también del clave– ofreció una interpretación de gran expresividad y refinamiento, con un ajuste perfecto entre ambos violines y una ejecución brillante también de Mata y Aguiló, con sus violonchelo y contrabajo barrocos a través del recorrido de las siete piezas que compusieron el programa, que arrancó y concluyó con el boloñés Arcangelo Corelli, compositor clave del barroco italiano. El programa se conforma además con obras de Alessandro Scarlatti, Caldara, Tomaso Albinoni o Bach compusieron un programa magníficamente dirigido por López Banzo que el público no paró de aplaudir durante un buen rato. Público que, una noche más, abarrotó y completó el aforo del concierto, en este caso, la iglesia de San Luis.
La sonata da Chiesa, una composición instrumental barroca de uso eclesiástico, pero no litúrgico, no nació con Corelli (1653-1713) pero sí le permitió a él establecer un modelo que luego sería admirado e imitado en toda Europa durante los siglos XVII y XVIII. Las sonate da chiesa se interpretaban como interludios instrumentales que acompañaban el culto, bien formando parte de una misa o en las horas litúrgicas. Su uso decayó en la iglesia católica al finalizar el siglo XVIII. Entre los compositores que emularon a Corelli destacan los venecianos Tomaso Albinoni y Antonio Caldara, cuyas obras formaron parte del programa que Al Ayre Español presentó en Vélez Blanco. El concierto permitió, por ello, trazar una línea musical que, partiendo de Corelli, transitó por el trabajo de quienes lo admiraron. De ahí, explica López Banzo, por ejemplo, “las dos sonatas de Albinoni que hemos incluido en el programa tienen el interés añadido de haber sido bien conocidas por el joven J. S. Bach, que tomó prestados algunos temas del veneciano para escribir sus primeras fugas”.
Al Ayre Español, acercándose a las cuatro décadas de vida, nació en 1988 de la mano de Eduardo López Banzo, “con el propósito de hacer frente a los tópicos que en aquel entonces rodeaban las interpretaciones de la música barroca española”. El grupo, que ha sido reconocido con el Premio Nacional de Música 2004, es desde hace 20 años orquesta residente en el Auditorio de Zaragoza –lugar de nacimiento de su director– y ha grabado ya dos decenas de discos. Al Ayre español ha actuado en los escenarios más prestigiosos del mundo y ha participado en los festivales más relevantes.
Eduardo López Banzo (Zaragoza, 1961) es uno de los directores europeos que con más convicción ha hecho del historicismo su propia filosofía musical para acercar así a los músicos que dirige al espíritu de cada composición, de modo que la música, siglos después, se presente ante el público contemporáneo con toda las frescura y novedad posibles.
Antes del concierto, en el teatro municipal de la localidad y en el marco del ciclo de conferencias del festival, la profesora de la Universidad de Granada, Ascensión Mazuela Anguita, ofreció la charla La experiencia musical de las mujeres en el mundo hispánico de inicios de la Edad Moderna. Mazuela habló de cómo la música, allá por el XVI, viajaba entre las diferentes órdenes religiosas y sus conventos desde Sevilla, por ejemplo, hasta México. Sin embargo, explicó, solo se guarda memoria de una compositora, Gracia Baptista. De ella solo se conserva una obra, Conditor alme, que los asistentes a la conferencia pudieron además disfrutar.
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