La balsa de piedra llora

La Península Ibérica lamenta la pérdida de uno de sus hijos más singulares, "hecho a sí mismo, de una trayectoria intelectual intachable", y que fue en muchas ocasiones "la voz de los más débiles"

Una mujer ante el féretro de Saramago, en la capilla ardiente, en su casa de Lanzarote.
Una mujer ante el féretro de Saramago, en la capilla ardiente, en su casa de Lanzarote.
R. C. / Sevilla

19 de junio 2010 - 05:00

En la comarca granadina de Huéscar, un pueblo de poco más de 2.500 habitantes, Castril, llora la pérdida de uno de sus hijos más ilustres. José Saramago se casó en su Ayuntamiento en julio de 2007 con Pilar del Río para registrar su matrimonio en España (lo habían hecho veinte años antes en Lisboa). Ofició el alcalde, Juan José López Ródenas, amigo de la pareja, que no ocultó su pesar. "Era un referente por el compromiso ético y moral", destacó López Ródenas, que subrayó además la "generosidad impresionante" del escritor. Habrá tres días de luto en Castril, donde en julio se inaugurará el centro José Saramago.

Andalucía lloró la pérdida del autor de La balsa de piedra. La Universidad de Sevilla, que invistió a Saramago doctor honoris causa, transmitió a la viuda sus condolencias "y afecto", a la vez que destacó su orgullo "por tener en su equipo de doctores a este escritor, pensador, humanista y filósofo". El pensamiento del intelectual portugués fue destacado por todos aquellos que mantuvieron con él alguna relación o vínculo en la comunidad autónoma y España. La Diputación de Granada, que declarará el lunes día de luto oficial en la provincia -Saramago fue nombrado hijo adoptivo en 2006-, resaltó que los granadinos han perdido "a una persona coherente y comprometida, de una trayectoria intelectual intachable".

No escatimó tampoco elogios el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía, Diego Valderas, quien destacó su obra "extraordinaria" y su militancia comunista. "Siempre estuvo al lado de los débiles frente a los poderosos, siempre se mantuvo junto a los oprimidos de este sistema injusto e insolidario", enfatizó Valderas.

Desde la otra orilla política, el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, envió un telegrama a la familia de Saramago por la muerte de un "amigo sentido de España" y un "autor universal" de las letras portuguesas. España "pierde un amigo cuya obra perdurará en la memoria de muchas generaciones". Para Rajoy, la obra de Saramago, plena de "calidad y hondura", es una referencia en todo el mundo.

Los Reyes también remitieron un telegrama a la viuda, Pilar del Río, a la que expresaron su pesar por el fallecimiento de un "escritor extraordinario profundamente vinculado a España". El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó a Del Río su tristeza por la pérdida de un autor convertido "muy a menudo en la voz de los más débiles". "Su palabra ha atravesado el mundo gracias a su imaginación y su conciencia crítica", resaltó Zapatero.

Un compañero de oficio, Juan Marsé, recordó que les unían "bastantes ideas sobre la situación política y social". El autor de Últimas tardes con Teresa dijo que recibió con "relativa sorpresa" la noticia de la muerte de Saramago, porque "sabía que estaba mal". Por su parte, la directora editorial de Alfaguara -sello que ha publicado las obras del autor portugués desde 1993-, Pilar Reyes, hizo hincapié en la "conciencia crítica" del escritor. Reyes destacó la "larga e intensa" relación de Saramago con Alfaguara y afirmó que "nunca he visto a un escritor que genere más amor que él en los distintos sitios donde tenía actividad pública".

El director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, recordó al autor de El Evangelio según Jesucristo como un "mago de la palabra y un fabulador" que defendía "sinceramente" aquello en lo que creía. Fue una "figura atractiva", destacó De la Concha.

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