Una barraca de feria muestra los autómatas más insólitos y peculiares

Hace 61 años los autómatas era un género que atraía a los más curiosos. Poco a poco se ha ido perdiendo y ya no quedan en España grupos que levanten este tipo de representaciones. Dos años de restauración han servido para que Teatro de Autómatas componga dos obras, una en el interior y otra en el exterior. Los museos y los anticuarios se dejan a un lado y, en esta ocasión, son los ejidenses los que pueden disfrutar de estas figuras.

Este espectáculo esta concebido como si de una barraca de feria se tratara. Las cortinas están preparadas para crear curiosidad en los espectadores que se acerquen al lugar de actuación. Otras de las situaciones que se vivían evocaban un mundo más fantástico. Es el caso de una mujer con seis brazos o espectáculos circenses.

Dentro de la barraca se vio distintas figuras. Una estampa folclórica, antiguas reuniones, un hombre cocinando o una mujer encima de una cama intentando matar un ratón con una escoba son algunas de las imágenes que deleitó a los asistentes.

La obra se pudo disfrutar desde primera hora de la tarde de ayer, aunque estaba prevista que comenzara por la mañana y la actuación se canceló. Este espectáculo se representa durante seis horas y aproximadamente 2.400 personas pueden visitarlo.

Desde que se abrió la barraca, los asistentes no dejaron de sacar su entrada para calmar su curiosidad. Ya fuera se podía imaginar lo que iba a pasar dentro. Sus cinco autómatas que representaban a un espectáculo cubano ofrecían el toque musical a la cita.

La actuación se paró un poco más cuando comenzó a actuar la compañía Hortzmuga Teatroa con su Zirko iluna. La tarde de ayer retrocedió varios años atrás con las dos representaciones.