Belén Alférez: “El mar es imprevisible, profundo, libre y eso me inspira muchísimo”
Joyas
La diseñadora lanza una serie bajo un mismo hilo conductor: el cielo, la tierra y el mar, tres mundos que dialogan entre sí y que reflejan las distintas energías
En un mundo que avanza cada vez más deprisa, la artesanía reivindica el valor de lo hecho despacio, con atención y con mimo. La Navidad, con su invitación a volver a lo esencial, recuerda precisamente la importancia de las cosas sencillas, del tiempo compartido, del calor de la familia y del amor que se expresa en los pequeños gestos. En ese lugar íntimo y auténtico es donde nacen las joyas de Amadamadrina, piezas creadas a mano para acompañar, emocionar y contar historias que perduran más allá de las fechas señaladas.
Desde su taller, Belén Alférez, diseñadora y fundadora de la firma, concibe cada joya como un pequeño universo. Este invierno, el universo de Amadamadrina reúne sus colecciones bajo un mismo hilo conductor: el cielo, la tierra y el mar, tres mundos que dialogan entre sí y que reflejan las distintas energías.
-Esta Navidad habla de cielo, tierra y mar. ¿De dónde nace esta idea?
-La Navidad invita a mirar hacia dentro, a reconectar con lo esencial. Sentí que era el momento perfecto para reunir los tres universos que siempre han estado presentes en Amadamadrina: el cielo como símbolo de guía y deseo, la tierra como raíz y refugio, y el mar como movimiento y libertad. Son energías distintas, pero juntas cuentan una sola historia: la de cada mujer que elige su joya especial.
-¿Cómo se traduce ese concepto en las piezas?
-Cada colección tiene su propio lenguaje. Del cielo llegan las estrellas, pequeñas luces que iluminan incluso los días más largos del año. De la tierra, hojas y ramas que abrazan, que sostienen, que nos recuerdan de dónde venimos. Y del mar, elementos ya icónicos de Amadamadrina como las medusas y pulpos, los peces o los bogavantes, cargados de vida y movimiento. Todo ello desde la mirada del objetivo de mi fotógrafa, Ana Morales junto a la que hemos creado un bosque despojado de hojas para recrear el frío invierno, en el que animales del mar, ramas hojas y estrellas conviven en perfecta armonía.
-El mar sigue siendo una fuente de inspiración clave para la marca. ¿Qué tienen estas piezas que las hacen tan especiales?
-El mar es imprevisible, profundo, libre y eso me inspira muchísimo. No son solo formas bonitas; representan fluidez, transformación, valentía. Cuando alguien elige una de estas joyas, suele hacerlo porque se reconoce en ese símbolo. Y eso convierte la pieza en algo muy personal.
-Amadamadrina es sinónimo de artesanía. ¿Qué importancia tiene esto en un regalo de Navidad?
-Muchísima. En un momento en el que todo es rápido y masivo, regalar algo hecho a mano tiene un valor enorme. Cada joya se crea en el taller, una a una y se chapan en oro de alta calidad, de forma consciente y respetuosa con el entorno. Muchas piezas son ediciones limitadas o se realizan por encargo, así que no hay dos exactamente iguales. Regalar Amadamadrina es regalar tiempo, cuidado y exclusividad.
-¿Por qué cree que sus joyas funcionan tan bien como regalo para Reyes?
-Porque no son un objeto sin más. Son una historia, un mensaje. Hay quien regala una estrella para decir “te acompaño”, una hoja para recordar “estoy contigo”, o una medusa para transmitir libertad y fuerza. Elegir con calma entre todas las opciones es hacer un regalo con alma, y eso se nota.
-Si tuviera que definir Amadamadrina en una frase para esta Navidad, ¿Cuál sería?
-Joyas que nacen de la naturaleza para contar quién eres… o cuánto quieres a alguien.
Estos Reyes Magos, Amadamadrina invita a regalar algo más que una joya: una emoción que conecta con lo auténtico y permanece en el tiempo. Sus colecciones están disponibles online en www.amadamadrina.com y se pueden recoger en el taller con cita previa o bien recibirlas en casa listas para poner bajo el árbol.
También se encuentran estas joyas en Charo Milán (Calle Rueda López 17), en la tienda de Talento Almeriense (Paseo de Almería 12) y en Closet (Roquetas Mar).
Creatividad e ingenio
La almeriense Belén Alférez Corral es una artesana, diseñadora y creadora de joyas únicas que tiene en el mercado la marca Amadamadrina. En las piezas que crea se vislumbra mucho amor, delicadeza y buenos deseos. Es feliz con su faceta creativa que le está dando grandes satisfacciones. Este año ha sido muy especial en su faceta creativa, aunque la perdida de su padre, ha sido un varapalo. Pero, su fuerza no decae y en estas NJavidades ha vuelto a sorprender con una serie única y fascinante.
Belén estudió en el Colegio El Milagro y luego en la Compañía de María. Tras hacer la selectividad decide irse a Valencia a estudiar Bellas Artes. En Valencia se inclina por la pintura, pero no llegó a ejercer de pintora y acaba en el mundo del diseño. “En Castellón me surgieron unas prácticas de diseño de azulejo. Iba todos los días de Valencia a Castellón a trabajar”.
Luego estuvo un tiempo viviendo en Valencia donde encontró un trabajo en una agencia de publicidad. Belén es hija de Juan Alférez, dueño de Congelados Alomar, recientemente fallecido. Se vuelve de Valencia y se pone a trabajar en la empresa de su padre.
El año 2014 es clave en la vida de Belén Alférez. Contrae matrimonio y el vestido de novia se lo diseña Susana Lirola. “Me hizo un vestido maravilloso, pero no encontraba que ponerme en el pelo, porque tengo un gusto muy marcado. Me propuse hacérmelo yo y realmente gustó muchísimo. Lo hice con porcelana, pintado y ensamblado. Me hice un broche para llevar un escote de espalda muy bajo y media corona”.
Pero la cosa no quedó ahí, ya que su vida iba a cambiar de forma radical. “Un día me di cuenta que me podía dedicar al diseño de complementos y joyas. Empecé haciendo tocados de novia, y en ese momento se llevaba mucho la porcelana. Me encantaba modelar a mano y realmente el resultado gustaba mucho. Es un trabajo minucioso y que hay que dedicarle muchas horas”..
Con la llegada de la pandemia, Belén lo pasó mal, llevó mal lo de estar encerrada en casa. “Me afectó mal a la cabeza, puesto que el sector de las novias vivió un momento muy complicado. Fue cuando decidí tocar un poco de metal, porque por modas, la gente ya no quería tanto la porcelana, sino que eran cosas de metal y joyas”. Belén que tiene una base autodidacta, y que es una persona con gran inquietud artística empieza a experimentar con cobre y ha acabado trabajando el latón bañado en oro.
En el año 2022, Belén lanza la página web nueva, con una imagen muy cuidada. En ese año fallece un hermano de Belén de manera inesperada. “Tenía 37 años y fue un golpe para toda la familia. Fallece mi hermano y pensé que en homenaje a él que era un enamorado del mar le tenía que hacer una colección denominada Mareas.
Tras Mareas que es una colección abierta que crece cada verano, llegaría la serie de Ramas y hojas y la de Estrellas. Su mente no descansa y sigue creando con total libertad.
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