Los carrillos de mano invaden La Glorieta

Extraños vehículos de dos ruedas tomaron ayer el municipio de Níjar. Carrillos de mano de formas imposibles recorrieron una y otra vez la Glorieta. Esta actividad ha tenido que volver a repetirse de forma imperiosa tras el notable éxito que tuvo la edición del pasado año. De hecho, vecinos de toda la comarca del Levante almeriense acudieron ayer por la tarde a Níjar para no perderse este evento singular.

Como suele pasar en las fiestas tradicionales de todos los pueblos, se pudo ver de nuevo la extraordinaria combinación que nace de jugar de forma conjunta mayores, jóvenes y niños. Los carrillos de mano que antaño se usaban para las labores del campo se convierten en este municipio en una diversión propia del siglo XXI ya que van ataviados con todo tipo de materiales.

Como si de un coche se tratase, cada carrillo va adornado con materiales singulares que le hacen ser diferente al que tiene al lado. Su preparación se guarda con sumo secreto para que ninguno se parezca al que está diseñando el vecino de al lado.

A las 18.00 horas dos carrillos se abrieron paso en la Glorieta y ante un numeroso público que no quiso perderse la ocasión. Observando estos curiosos medios de transporte se pudo ver a nijareños de todas las edades, y con un objetivo común. Pasar un buen rato y compartir risas, bromas y anécdotas con familiares, amigos y vecinos.

El encargado o encargada de conducir los carrillos ha de poseer una gran destreza para que su pareja de juegos que va a bordo del vehículo no termine desparramado por el suelo. De hecho, muchas veces las caídas se producen porque el conductor no puede hacer bien la tarea encomendada debido a un ataque de risa.

A mitad del recorrido los dos carillos que no paran de dar vueltas a la Glorieta tuvieron que hacer una parada obligatoria para beber chupitos y repostar así para la siguiente carrera.