Cultura

El lenguaje clownesco de 'Esperando a Godot' se apodera del Teatro Apolo

  • El público respondió al ciclo Delicatessen y no dejó vacía ni una sola butaca del teatro

El Teatro Apolo volvió el jueves a tener una cita con el mejor menú Delicatessen, que en esta ocasión presentó al público almeriense el mejor plato del humor absurdo, Esperando a Godot, de la compañía Excéntrica Producciones y dirigida por Joan Fonts, de Comediants.

De hecho, el patio de butacas del Teatro Apolo cosechó un lleno absoluto con un público al que unos entrañables payasos consiguieron hacer reír sin apenas llevar media hora de actuación.

Esperando a Godot se trata de un clásico universal del teatro contemporáneo que además permite adaptar a la perfección la obra al lenguaje 'clown' del que Excéntrica Producciones son auténticos maestros, y que además queda reflejado en esta representación. Una obra teatral que Samuel Becket parece que escribiese especialmente para este lenguaje.

Una obra totalmente desconcertante y a la vez asombrosa, cuya versión original puede llegar a ser muy profunda pero, sin embargo, en la versión presentada al público almeriense, Font consigue quitarle todo el hierro a la situación, creando de este modo una versión en la que se potencia la acción física de los personajes, además de darle total protagonismo al juego de los payasos.

En esta obra sus personajes Didi (Javier Centeno) y Gogo (Gregor Acuña), dos 'clownescos' vagabundos sin memoria, esperan a un tal Godot, con la esperanza de que éste les indique la salida de su claustrofóbica existencia y dé una respuesta al sentido de la vida.

Mientras tanto, su única salvación es combatir el aburrimiento con disertaciones absurdas y juegos de malabares. Cuando aparecen Pozzo (Manuel Rodríguez) y Lucky (Guillermo Jiménez), domador y esclavo, la situación se enreda en un sinfín de sin sentidos, que animan la infinita espera. Sin embargo, tras su marcha y la fugaz visita de un mensajero de Godot, todo parece formar parte de un espejismo en un círculo vicioso.

El escenario estuvo perfectamente decorado para la ocasión. Las tablas del Teatro Apolo también acogieron a cuatro payasos casi escondidos tras una tela semitransparente. Estos cuatro personajes fueron los encargados de poner la nota musical a una maravillosa obra, acompañando con sus instrumentos cada efecto especial así como los momentos en los que Didi y Gogo permanecían en silencio.

Una obra que sorprendió a los asistentes al Teatro Apolo en la noche del jueves durante algo más de hora y media, quienes no dudaron en volcarse en aplausos a la finalización de la misma. Teatro de mucha calidad que se esta disfrutando en la ciudad gracias al ciclo Delicatessen.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios