Donan a Cuevas una pieza única del siglo XIX, un plano de Almagrera ‘impreso’ en seda

Historia

La familia Rojo Tudela Campoy ha cedido a Cuevas del Almanzora una ‘joya’ histórica y singular

Enrique Fernández Bolea, María del Carmen Rojo Calvo y Antonio Fernández Liria observando la pieza.
Enrique Fernández Bolea, María del Carmen Rojo Calvo y Antonio Fernández Liria observando la pieza.

La familia Rojo Tudela Campoy ha donado al Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora, de la mano de María del Carmen Rojo Calvo, una pieza única y singular, plano litografiado de las demarcaciones mineras de Sierra Almagrera sobre un pañuelo de seda. La pieza además muestra en su parte superior dos perfiles orográficos de Almagrera, uno visto desde el mar y otro desde tierra, que son, según el cronista oficial de Cuevas del Almanzora, Enrique Fernández Bolea, las representaciones gráficas más antiguas del pequeño macizo y de algunas instalaciones que surgieron a su amparo, como la fundición Carmelita, junto a la torre artillada de Villaricos.

El alcalde de Cuevas del Almanzora, Antonio Fernández, y la concejala de Cultura, Turismo y Patrimonio, Juana Haro, agradecen la donación de tan singular pieza que tal y como explica María del Carmen Rojo la descubrieron muy bien guardada entre las cosas de su padre, y sin conocer aún la gran valía de la pieza, se la mostraron, como curiosidad, al director del Museo Antonio Manuel Campoy de Cuevas, Antonio Llaguno, quién ya augurando su valor, contactó con el cronista oficial Enrique Fernández para conocer de la valía de esta ‘joya’ histórica.

La misma se podrá disfrutar por parte de vecinos y visitantes, ya que se expondrá en la recién restaurada Sala Rosa, ubicada en la casa burguesa Torcuato Soler Bolea, exponente de vivienda emergida de la riqueza minera del siglo XIX. Dicha sala, de hecho, contará con una pequeña musealización con paneles que explican el origen, desarrollo y logros de la burguesía que surgió de las explotaciones mineras de plata y plomo en Sierra Almagrera y Las Herrerías.

Esta pieza es excepcional por cuanto hasta el momento solo se conserva otro ejemplar perteneciente a un coleccionista privado de Cartagena.

Según explica Fernández Bolea, en aquella época, en la que el apogeo de la minería y con ella la riqueza de esa nueva clase social burguesa, era un detalle magnífico agasajar a algunas personas relevantes con el obsequio de un pañuelo de seda litografiado. Seguramente se encargaron más para ello, pero no se conservan. Hay que tener en cuenta que se trata de un material delicado. De ahí que este plano litografiado en el pañuelo de seda de la familia Rojo Tudela tenga todavía más valor, porque su conservación es impecable.

Según explica el cronista oficial, “fue en 1842 cuando el empresario y fundidor malagueño Manuel Agustín Heredia, que poseía un establecimiento metalúrgico en Adra donde se hicieron los primeros ensayos de los minerales de Almagrera destapándose su alto tenor argentífero, quien se lo encargó a los ingenieros, también malagueños, José María y Juan Lorenzo de Madariaga.

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