Los flamencos llenan de duende el atardecer a los pies de la Alcazaba

Flamenco

La primera tarde flamenca contó con los jóvenes de la Peña El Morato, el alumnado de Inés de Inés y el cantaor Cristo Heredia

Los jóvenes de la Peña El Morato actuando en el Mesón Gitano.
Los jóvenes de la Peña El Morato actuando en el Mesón Gitano.

Asegura el poeta y maestro Juan José Ceba, que en las aulas del colegio de La Chanca, donde fueron sus alumnos, Antonio García ‘El Genial’ y su hermano Edu García ya demostraban su arte. Y que se sabe cuándo fue la primera actuación de Cristo Heredia, pues apenas en edad infantil cantó en un festival dedicado a Lorca. Y es que La Chanca-Pescadería respira flamenco por los cuatro costados. Ceba explicó, en el escenario, que “como anécdota os diré que fui testigo de cómo un bebe de apenas siete meses ya movía las manos con estilo al ritmo del cante jondo, mientras lo contemplaban con admiración el escritor Juan Goytisolo y el poeta José Ángel Valente”.

Ese espíritu del barrio se trasladó al Mesón Gitano en la tarde del sábado, para disfrutar de la cantera del flamenco, cante, guitarra y baile, y se compartió escenario con otra cuna flamenca, la Peña El Morato. Los jóvenes flamencos de El Morato, los alumnos de Inés de Inés y como colofón, el cante reposado de Cristo Heredia.

Un atardecer muy flamenco, que llenó las sillas y también con público de pie, el Mesón Gitano, en las faldas de a Alcazaba. Fue la primera sesión de Atardeceres flamencos, prevista para poner en valor el Mirador del Cerro, pero la exigencia de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) de impedir la actividad, después de que en años anteriores se hayan realizado en este punto otros recitales sin queja ni resultado pernicioso alguno, los trasladó al Mesón. La esencia del programa se sigue respirando en el nuevo emplazamiento: Disfrutar del talento de los artistas almerienses, mientras se contempla la belleza panorámica de la ciudad.

Alumnas de la Escuela de Inés de Inés junto al concejal Diego Cruz.
Alumnas de la Escuela de Inés de Inés junto al concejal Diego Cruz.

Coordinado por Antonio García ‘El Genial’, con asistencia del concejal de Cultura, Diego Cruz, y presentación por parte del actor Jesús Herrera, el ciclo comenzó con una muestra del alumnado de la bailaora Inés de Inés, que aportaron una dimensión visual y expresiva al espectáculo. Su escuela de baile se caracteriza por una técnica depurada, sensibilidad en el movimiento y una conexión profunda con la música. Las coreografías interpretadas mostraron equilibrio entre fuerza y elegancia, con una cuidada atención al braceo, el zapateado y la expresión corporal. Cada gesto, cada mirada, hablaba el lenguaje del flamenco con honestidad y arte.

También participaron los jóvenes flamencos de la Peña El Morato, cantera imprescindible del flamenco almeriense. Su actuación dejó claro que la tradición está en buenas manos. Algunos, con una edad muy temprana, ya apuntan maneras de figuras, con una sensibilidad que promete y un orgullo por sus raíces que emociona. Estuvieron acompañados por su maestro, el guitarrista Antonio de Quero. Actuaciones con duende, y eso que algunos casi ni llegaban al micrófono.

Como cierre de la noche, Cristo Heredia compartió su cante profundo y lleno de verdad. Cristo volvió a demostrar por qué es una de las voces más reconocidas del panorama flamenco actual en Almería.

Con un dominio absoluto del compás y una voz que arrastra siglos de historia, emocionó al público con una interpretación cargada de matices y sentimiento.

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