Cultura

"El humor es una actitud en la vida"

La inocencia de sus ensayos puede llegar a encontrar el infinito en lo pequeño. A través de sus gafas de pasta, se fija en aquellos que otros saben, pero no ven. Ahora, el centro de sus miradas es la letra pequeña. Y con esta, se ríe de lo absurdo. De un surrealismo que hace emerger un humor con un toque casi infantil, que conserva más allá de su imagen en televisión.

-De pequeño, ¿era de los que preguntaban el porqué de todo?

-Cuando una persona quiere dejar de aprender, está muerta. Todos los niños, al llevar tan poco tiempo en la vida, tienen en su esencia las mayores virtudes. Lo que hay que hacer es mantener ese asombro e inquietud intactos. La curiosidad es algo que no debiéramos perder cuando crecemos.

-¿Recuerda el primer juego de magia que vio?

-Recuerdo a Juan Tamariz haciendo un cambio de color de baraja en la televisión. Sentí la emoción de ser testigo de un hecho ilógico, que se saltaba las leyes del sentido común. Y eso me aficionó a la magia. Aprendí a hacer ese mismo juego y pensé que no habría otro truco que lo superase. Hasta que Tamariz realizó la práctica Coincidencia total en el que dos barajas, mezcladas por separado, se correspondían finalmente en el mismo orden... Una vez que conoces este mundo, disfrutas más cuando ves a alguien que lo hace bien.

-Mago, director de cine y monologuista. ¿Con qué se queda?

-La magia es una afición que me aporta muchísimo. Y el cine es una profesión muy difícil de la que me queda muchísimo por aprender. Para Rodrigo Sopeña y para mí, el rodaje de nuestra primera película fue muy duro, pero a la vez satisfactorio. En cambio, el humor es una actitud en la vida que puede barnizarlo todo.

-La naturaleza, el menaje del hogar, la tecnología… ¿Saca conclusiones de sus monólogos o ha habido algún apartado que no ha terminado de comprender del todo?

-Lo que hago es en salir en defensa de esos pequeños objetos. El truco consiste en cosificar al ser humano y humanizar a los objetos, explicando cosas que suceden a las personas.

-¿Dedicarse al humor es una cosa muy seria?

-El humor para que funcione tiene que ser serio. Si te hacen cosquillas, te ríes, pero esa sensación no tiene nada que ver con el humor. Éste aspira a explicar algo y, cuando lo entendemos, se completa un círculo. Es una cosquilla en el cerebro.

-¿Qué le hace reír a Luis Piedrahita?

-Lo inesperado, sobre todo, sin que alguien quiera hacerse el gracioso. Por ejemplo, el hecho de que una persona esté en una situación seria y le entre la risa… No debería hacerlo, pero no sabe evitarlo.

-Le conocen como el "El rey de las cosas pequeñas", pero ¿qué asuntos le provocan indulgencia?

-Diluyo mis opiniones en los monólogos. Si lo hiciera de forma evidente, el mensaje perdería fuerza e interés. Lo mejor es que cada persona saque sus propias conclusiones.

-Si, al igual que en 'La habitación de Fermat', tuvieran que encerrarle con otras cuatro personas. ¿A quiénes elegiría?

-Depende de lo que tengamos que hacer. En el caso de tener que resolver los enigmas, me gustaría estar con los actores de la película, porque son divertidísimos. Habría que preguntarles a ellos si quieren que me quede o no.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios