Cultura

Un libro reúne las imágenes realizadas por Fotografía Reche en Los Vélez

  • El estudio regentado por Antonio Reche desde 1943 a 1984 en Vélez Rubio marcó un hito en la fotografía en blanco y negro en la comarca

La obra Fotografía Reche. Los Vélez en el siglo XX. Memorias en blanco y negro se presenta el próximo sábado, 10 de agosto a las 21:30 horas en la Placeta del Museo Comarcal 'Miguel Guirao' de Vélez Rubio. En el transcurso del acto intervendrán los colaboradores del libro (Diego y Sole Reche Artero), los protagonistas (Enrique Fernández Bolea y Modesto García Jiménez) y varios amigos, colaboradores y vecinos autores de los comentarios de las fotos, mientras se proyectan imágenes en una pantalla grande.

"Hace ya más de veinte años que se cerró la Fotografía Reche, en el número 2 de la calle Ros. La ventana de la galería sigue dando al Maimón y a la cuesta de la calle Estanco. Aquella fue también mi casa y allí estaba el estudio donde mi padre y mi tío trabajaron durante medio siglo como fotógrafos" recuerda Diego Reche en esta gran obra.

Antonio Reche Belmonte, padre de Diego Reche, aprendió el oficio siendo un niño con el Fori, un fotógrafo de Vélez Rubio. Después marchó, con apenas 16 ó 17 años a Madrid, donde trabajó como retocador primero en la calle Preciados y después con la ayuda de la familia montó su propio estudio y enseñó el oficio a su hermano Venancio y al padre de ambos, Antonio Reche Fajardo.

Vivieron en el Madrid de los felices años veinte y luego en la complicada década de los treinta haciendo fotos en el estudio del Puente de Vallecas. La guerra civil, como a tantos, les rompió el negocio y los sueños, y con los rigores de la posguerra decidieron regresar a la tranquilidad del campo, al viejo cortijo de Corneros, bajo la Muela.

Antonio abrió su estudio de fotografía en Vélez Rubio en 1943, que se convirtió en memoria en blanco y negro de la comarca de los Vélez hasta 1984.

En sus fotografías, retratos de estudio la mayoría, se puede ver la evolución de los distintos tipos de imágenes, desde aquellas fotos de grupo que se hacían para enviar a familiares lejanos o para conservarlas como un objeto preciado: bodas, comuniones, festividades o la necesidad de la foto de carnet, hasta la aparición de las cámaras portátiles y el color, que irrumpió en los años 70 como una competencia feroz con el fotógrafo artesano y que de algún modo indicaba el final de un tiempo. La necesidad de un cambio al que los Reche llegaban un poco tarde.

Allí quedaron sus fotografías, sus horas de retocado, de revelado, de dedicación a un oficio que siempre hizo con amor, tranquilidad y precisión. Y quedaron también en las paredes y en los cajones de tantas casas de la comarca de los Vélez, guardando imágenes que el tiempo va mudando, recuerdos de tanta gente a partir de una imagen capaz de evocar episodios de nuestra vida.

Un día, Antonio Sánchez director de Museo Velezano Miguel Guirao pidió a la familia Reche que le llevasen la cámara y los utensilios fotográficos al museo, salvándolos del olvido y del polvo del desván. Y así empezó una historia donde poco a poco se ha ido recuperando aquel estudio fotográfico, la cámara Quill, la retocadora, el laboratorio, la ampliadora, los frascos con los productos químicos, la Yashica.

Luego llegaron algunas exposiciones y la labor ingente de Encarni y José Domingo Lentisco para buscar aquellas fotos que guardaban los vecinos, todo un documento de época, y que ha desembocado en este fabuloso libro.

Diego Reche, profesor afincado en Roquetas, e hijo de Antonio Reche, gran protagonista de esta obra recuerda que "una fría semana de enero encontraron en la cámara de mi casa un montón de clichés y negativos. Aquel material fotográfico fue otro gran incentivo en la elaboración de este libro. Luego empezaron a enviarnos a mi hermana Sole y a mi fotografías para que las comentásemos. Este libro es un poco de todos, pues son tantos los que han querido aportar sus fotografías o sus recuerdos a través de los comentarios, que siempre será un libro colectivo, donde Encarni ha hecho esa labor de colocar cada pieza en su sitio".

"Yo he vivido así sin saber apreciar la labor artística que se escondía tras su sencillo oficio de fotógrafo. Mi niñez transcurrió en aquella casa que era a su vez su estudio, acostumbrado a un padre que era retratista, que recitaba a Machado o a Lope de Vega, y que pasaba el día haciendo fotos, revelándolas o retocándolas" relata en el epílogo de la obra, Diego Reche.

El libro lleva tres artículos iniciales, uno de Enrique Fernández Bolea titulado Tesoros de la memoria, otro de Diego Reche titulado El tiempo que todo lo muda y otro de Diego y Sole Reche titulado La fotografía Reche: 45 años en Vélez Rubio. Luego hay un estudio de la colección por Encarnación Navarro y los artículos de Modesto García y José Luis Heredia Cerdán.

La parte más amplia es el catálogo de fotografías con comentarios a pie de foto dividido en capítulos: Madrid, niños, maternidades, primeras comuniones, mujeres, hombres, grupos de estudio, parejas, bodas, familias, Semana Santa, Imágenes de culto, Fiestas, Ferias y toros, Vida del campo y los pueblos. Termina con el cuento Ratones coloraos de Diego Reche y el epílogo y los índices.

Una obra clave e indispensable para entender una etapa clave del siglo XX en una comarca tan especial como los Vélez con una belleza fotográfica singular.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios