De profesión, juguetero remendón

Ama el mundo de los juguetes, pasa horas y horas entre estanterías llenas de coches, muñecas, juegos de mesa, patinetes, cuentos y todo lo que uno pueda imaginarse que cabe en una juguetería. Juan Manuel Muñoz es una de las caras más conocidas del sector del comercio de juguetes en la capital almeriense, pues trabaja en una de las tiendas que en estos días no dejan de recibir clientes (unos 200 o 300 compradores diarios) en busca de los deseos que los más pequeños han plasmado en sus cartas. Se puede decir además, Muñoz es el perfecto mensajero de Papá Noel y de los Reyes Magos, pues cada Navidad se afana en asesorar a sus clientes para que escojan el regalo que mejor se adapta a las características de cada niño.

Es un experto en juguetes nuevos, pero también un gran doctor. Aunque no es su profesión, podría decirse que uno de sus mayores hobbies es reparar juguetes que están estropeados, y cualquier otro aparato que haya dejado de funcionar. Ejercer de juguetero remendón es una de sus aficiones y asegura que no le importaría en absoluto ser el director de un gran hospital del juguete, convencido de que “en muchos casos, la mayoría, la vida útil del juguete no acaba cuando deja de funcionar. Muchas veces el motivo por el que no funciona es porque simplemente se ha soltado un cable del circuito interior y únicamente hay que abrirlo, volverlo a conectar y otra vez como nuevo”. Esto es precisamente lo que hace en sus ratos libres, o incluso durante su jornada laboral en la tienda.

Sabe dónde hay que ir a comprar las piezas y repuestos para coches de scalextric, para reparar patinetes, volver a dar vida a una muñeca parlanchina o sacar del letargo a un antiguo juego de mesa que ha dejado de servir por el uso o, por qué no... maltrato durante esas locas horas de juego. Su sabiduría en este arte de remendar juguetes, difícil de encontrar en estos tiempos que corren, la aplica cada vez que puede y se ofrece a aquellos clientes que llegan a la tienda, a sus vecinos y conocidos, y cada vez a más gente que se entera de su destreza por el boca a boca.

No ha estudiado la profesión, pero su amplia trayectoria en cuestiones de montaje de sistemas de climatización o montaje de muebles, ligado a su trabajo en la tienda de juguetes, le ha hecho emprender un camino diferente, que nunca hubiera imaginado pero que asegura disfrutar como si fuera un niño.

Una afición que ha cultivado desde pequeño

Y de hecho esta afición la ha cultivado desde pequeño. Concretamente desde que tenía diez años, cuando un día su madre le dijo que iba a tirar una radio porque ya no funcionaba y él decidió investigar en sus entrañas. “La desmonté entera, mi pasé toda la noche intentado repararla, con la cama llena de tornillos y piezas por todas partes, hasta que di con la tecla y volvió a hablar, como nueva. Desde entonces, pocas cosas hay que se me resistan, desde el cambio de pantallas de los teléfonos móviles o reparación de electrodomésticos o videoconsolas de última generación”.