Manuel Sánchez Lucas: “La acuarela me gusta menos, me siento más realizado con el óleo”

Arte

El artista ha conseguido ya decenas de premios en certámenes de pintura rápida celebrados en todo el país

Manuel Sánchez Lucas en su estudio pintando una obra. / Javier Alonso

Con 53 años está considerado como el pintor que más concursos de pintura rápida ha ganado en todo el país. Regenta en Cortijo Grande, Lienzo Cuadros dedicado a la enmarcación donde tiene su estudio.

-Llevas más de 30 años dedicado a la pintura. Pintas al óleo, acrílico y también has hecho acuarela. ¿Dónde te sientes mejor?

-Yo me siento mejor con el óleo, es mi favorito. En la pintura rápida siempre empiezo con acrílico y luego termino con óleo. Para subir el tono cromático de la pintura lo mejor es el óleo, porque el acrílico no te deja subir la pintura.

-Entonces utilizas el acrílico de base en tu obra.

-El acrílico, cuando lo estás echando y estás experimentando con él, lo tienes al 100 por cien, pero una vez que seca baja el tono bastante. El óleo no, el óleo pega y se queda el tono tal cual.

-¿Naciste para pintar?

-Yo pienso que nadie nace para una cosa. Yo desde muy pequeño veía a mi padre, Manuel Sánchez Herrera, ya que era aficionado y daba clases con Guillermo Fresquet, un famosísimo acuarelista catalán. Mi padre pintaba, sobre todo, era acuarelista. Yo de muy chiquitillo lo veía, pero yo me dedicaba al fútbol. Yo iba a ser futbolista pero tuve una grave lesión de rodilla. Tenía 18 años y el médico me dijo que no podría jugar más al fútbol.

-Esa situación vivida tan joven te hace descubrir la pintura en esencia.

-Aquello hizo que me bajara la autoestima. Tuve una pequeña depresión porque tenía muchas expectativas de ser un deportista de élite. En ese momento me puse a pintar al lado de mi padre, la vida me había cambiado totalmente. Recuerdo que bajamos a la tienda Pincel. Dejé algunas obras en la tienda Pincel y a las pocas horas me llamaron que había un señor que quería comprar los cuadros a 50.000 pesetas cada uno. Una obra era sobre el Mesón Gitano y otra de la Alcazaba. Así empiezo a vender y cada cuadro que llevaba me lo vendían.

-¿Y la evolución desde ese tiempo a hoy como ha sido?

-Bueno, luego la época de los marchantes de arte estuvo muy bien, pero cuando llega la crisis, las ventas se ponen muy mal. Y hoy día siguen mal. Me echo a la carretera y empiezo con los concursos de pintura rápida. En este tiempo he conseguido decenas de premios nacionales.

-Los concursos de pintura rápida no deben ser fácil ya que es una lucha contra el tiempo.

-Es cierto que hay pintores que conozco que estos certámenes le causan un gran estrés. No es fácil, coger los bártulos, montarte en el coche, irte a 500 kilómetros y volver sin premio. La pintura rápida es ante todo mucha práctica. Empiezas siendo lento, pero luego ya te vas soltando y ya te acostumbras. Sin embargo, en estudio pues ya la metódica de la obra es distinta, son todos cuadros diferentes. Sin embargo, la metódica del cuadro de pintura rápida siempre es igual.

-Creo que también impartes clases de pintura.

-Doy clases a personas que ya tienen un cierto bagaje en pintura y quieren dar clases conmigo. Solo asisten a clase unas diez personas. Se colocan los caballetes en el estudio, quito las mesas y solo asisten 10 personas que tienen ya una noción clara de pintar. Vienen de Ohanes o el Parador, gente que me conoce ya y llevan muchos años conmigo. Tengo alumnos que me copian y a veces no sabes distinguir si es un cuadro suyo o es mío.

-¿En tu familia aparte de tu padre y tu hermana hay más artistas?

-He oído por referencias que mi abuela era una gran dibujante. Mi abuelo era un gran dibujante. Mi padre también un gran acuarelista. Puede ser que haya algo de genética.

-¿A donde quieres llegar, Manuel?

-Yo me considero paisajista. Desde el primer día lo que quiero es pintar bien. Mucha gente elogia mi obra, y yo juro que pienso que todavía no sé pintar. Los cuadros son bonitos pero creo que se puede hacer mucho mejor.

-¿Y la acuarela qué papel juega en tu vida?

-A mí la acuarela me gusta menos. Cuando tú llevas 10 años pintando acuarela y has pintado 2.000 papeles al final no puedes avanzar más. Es matemático. Es un trabajo más mecánico y a mí me frustra lo mecánico. Yo me siento más realizado con el óleo porque experimento, busco texturas y profundidades de la obra y la acuarela es agua,

-¿La figura humana aparece poco en su obra?

-En mi primera época pintaba bastante figuras humanas. Ahí tengo un cuadro del año 2000 que se ven dos niños jugando. Pero el hecho de salir a la naturaleza a pintar, y tanto concurso, ya la figura humana hace tiempo que no la toco. Hubo una etapa entre los años 2000 y 2005, donde todos mis cuadros tenían figuras humanas.

-Haciendo memoria recuerdas que pintores te influyen en tu pintura.

-Yo tuve una influencia grande de Sorolla al principio, cuando empezaba. Me engancho a Sorolla, y lo copiaba, que eso hacen todos los que no saben hacer las cosas. Luego vas adquiriendo muchos conocimientos, vas cogiendo y copiando un poco de tus pintores preferidos y al final lo haces tuyo.

¿Y el retrato?

-Hago mucho, lo que pasa es que no suelo publicar los retratos. Suelo hacer retratos pero por encargo, generalmente. Al año suelo hacer cinco o seis retratos, nada más. El retrato no es complicado pero es enrevesado.

-Me puedes explicar eso.

-Hay personas que no se miran al espejo en su vida. Yo he tenido un encargo de un señor para que le hiciera un retrato de su mujer y luego a la retratada no le gustó. También vino otra persona que me trajo varias veces un retrato para que le modificara la oreja y un ojo. Yo soy pintor, no cirujano plástico.

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