El Museo Ibáñez acoge la exposición ‘Manga Plage’ de Fédréric Volkringer

Fotografía

El fotógrafo francés, afincado en Murcia, trae a la Ciudad de los Museos de Olula del Río su proyecto artístico-reflexivo sobre La Manga del Mar Menor

La exposición se puede visitar hasta el 15 de noviembre en el Museo Ibáñez.
La exposición se puede visitar hasta el 15 de noviembre en el Museo Ibáñez.

La Sala de Exposiciones temporales del Museo Ibáñez acoge la exposición Manga plage del artista parisino Fréderic Volkringer. La muestra reúne imágenes que reflexionan sobre la arquitectura, la naturaleza y determinados modelos urbanísticos.

En este espacio museístico el artista presenta una serie de obras de La Manga, un entorno privilegiado, formado por un paisaje único, hermoso y original. Es la separación o punto de encuentro de dos mares: el Mar Menor y el Mar Mediterráneo.

Será el devenir de este espacio el que lo fue dotando de un interesante, peculiar y, a veces, controvertido modelo de desarrollo urbanístico. Así, está la presencia de nombres de arquitectos relevantes y de un mestizaje arquitectónico. En estos edificios habitan los conceptos de libertad, despreocupación de lo cotidiano, desarrollo económico, turismo extranjero, democracia, el boom de la construcción y la consiguiente especulación.

La Manga es, sin duda, resultado y testigo de una forma de actuar, de una historia que acontece en nuestra sociedad y en nuestras costas desde los años 60.

En este sentido, esta propuesta artística de Frédéric es un relato-retrato actual, símbolo del pasado y de un presente al que debemos prestar muchísima atención. Todo tratado con simplicidad, sin trampas estéticas, solo la pureza del entorno y la elegancia del ojo bien educado para captar la certera imagen.

La exposición Manga plage permanecerá abierta hasta el 15 de noviembre, en su horario habitual de apertura de martes a sábado, de 11 a 14 y de 17 a 20 horas; domingos de 11 a 14 horas.

Nacido en el corazón del distrito 15 de París, Frédéric Volkringer comenzó su trayectoria profesional como colorista textil. Su trabajo en una reconocida multinacional suiza le llevó a colaborar con grandes nombres de la alta costura como Yves Saint Laurent, Courrèges, Dior o Hermès. Ese contacto directo con la estética, los matices y la creatividad sentó las bases de lo que más tarde se convertiría en su verdadera pasión: la fotografía.

Desde hace años, Frédéric se dedica plenamente a esta disciplina, combinando encargos comerciales con una intensa producción artística. Su mirada singular, irónica y su estilo personal han dado lugar a numerosas exposiciones y premios en toda España.

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