Regresa a Almería, tierra donde lleva varios años viviendo su madre Edith Scandro y su hermano Dante. Viene de familia de artistas, puesto que su madre es una conocida cantante de ópera en toda Sudamérica que vendió miles de discos y su hermano aparte de cantar es un excelente jugador de pádel, habiendo triunfado en medio mundo. Esta actriz y cantante es la protagonista del musical Sonrisas y Lágrimas que estará hasta el domingo en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar. Está ilusionada de poder actuar en un Auditorio considerado como uno de los mejores de España.

- ¿Qué le ha supuesto participar en este musical que tanto éxito tiene allá por donde pasa?

- Es algo que no se puede decir con palabras. No es fácil este musical puesto que para hacerlo bien tenía que tener detrás una gran producción, y eso significa mucho dinero. Y luego trabajar con niños siempre es un reto, porque al fin y al cabo son niños, que cantan, bailan e interpretan sobre el escenario. Llevo tres años en este musical y estoy muy contenta.

- ¿Cómo llega a este musical?

- Yo llevo trabajando en musicales más de 15 años y me presento a todos los casting que puedo. Me enteré que estaban buscando una María, un personaje que me apasiona y que me recuerda a mi niñez. Es un caramelo de personaje y hay muchas similitudes entre María, la protagonista y yo. Hay amor por la música, por la tierra, por los niños. Hay una comprensión del personaje que me es muy natural.

- Se dice que Sonrisas y lágrimas es el musical más grande que ha salido en gira por España.

- Te puedo decir que si. Viajan varios trailers, somos 120 personas trabajando en total. Llevamos para montaje y desmontaje una serie de técnicos que saben mucho a la hora de montar la escenografía y sin el trabajo de ellos, nosotros no podríamos hacer la función. En cada estreno los aplaudo mucho porque se dejan la piel.

- No te dio un poco de vértigo cuando te llamaron para hacer el papel principal del musical.

-Me gustan mucho los desafíos y para mi era una responsabilidad muy grande, porque aunque había hecho otros musicales, este tiene algo especial. La protagonista María es un poco la madre de todo el elenco, aunque todos hacen su papel a la perfección. El miedo que existía al principio era que el público comparase mucho el musical con la película que interpretara Julie Andrews. Es más mucha gente cuando empieza a ver el musical me encuentra parecido con Julie Andrews, pero luego se dan cuenta que le doy mi toque personal.

-Tampoco resultará fácil interpretar y cantar a la vez.

- Eso es lo que tiene el teatro musical que hay que cantar y a la vez interpretar. En los últimos diez años ha crecido mucho el teatro musical, cada vez hay más actores más preparados para hacer musicales, pero es cierto que se ha mantenido como un género menor y eso no lo entiendo. Es un genero difícil, complejo y que requiere mucha disciplina.

- ¿Qué transmite Sonrisas y lagrimas al público?

- Este musical tiene un guión de teatro que cuenta con una serie de canciones que le suman mucha emoción. Uno comienza a cantar en este musical cuando el texto se queda corto. Sonrisas y lágrimas tiene el gancho de que no pasa de tiempo porque es un clásico. El guión y la historia que cuenta al ser verdad agrega más emotividad y es una historia que habla de valores que por suerte todavía no pasan. Habla del amor, de la sorpresa, de la espontaneidad e incluso del desarraigo. El musical tiene un peso dramático que llega al corazón del espectador.

- Ha habido un casting para elegir nuevo niños y niñas que participan en la función. ¿Que papel tienen los menores?

- Me encanta trabajar con niños, porque me lo paso bien y soy maestra. Esta semana se ha hecho una jornada de taller con los menores preseleccionados. Los niños cobran, se les da de alta y los padres firman un contrato, todo es legal. Los niños en el escenario cantan, bailan y juegan, aparte de decir un texto. En definitiva, los niños y niñas tienen mucho trabajo.

- ¿Cuando es consciente que quería ser artista y subirse al escenario?

- Con diez días me subí en un avión con mi madre para irme a Paraguay. A los siete años le pido a mi mamá que quiero ser bailarina clásica. Me pongo a estudiar en la Escuela Municipal de Danza de Mar del Plata y empiezo la carrera de ballet. Luego me voy a Buenos Aires y continuo con la danza, entro en el ballet de Julio Bocca, y yo siempre dije que no cantaría, que la cantante era mi mamá. En Buenos Aires comienzan las audiciones del musical La Bella y la Bestia y me presentó para probar y saber de que iba aquello. Pero claro me eligieron y entonces se abrió otro horizonte en mi vida.

- ¿Se nota que ama lo que hace?

- Para mi el teatro no tiene nada que ver con la fama, me parece algo muy alejado. Me gusta que la gente reconozca mi trabajo, y me encanta el teatro, me acerca al público. Es un gusto hacer lo que te gusta. Pero vamos que me podría mañana dedicar a otra cosa, porque de hecho he vendido pasteles, porque me encanta la cocina. Yo puedo hacer muchas cosas, soy muy curiosa y tengo muchas ideas. El teatro para mi es parte de mi vida desde que era muy pequeña, es algo normal

- ¿Cuando se viene de Argentina a España?

- En el año 2002 me llamaron para trabajar en España, y aunque había estado viviendo en Londres, no me gustaba la ciudad. Me vine a trabajar en El Fantasma de la ópera. Mi hermano vivía en Bolonia en Italia y mi madre se quedo sola en Buenos Aires y tenía ganas de estar cerca de nosotros. Ella se vino primero a Madrid y luego mi hermano se vino a Almería porque lo fichan de un club de pádel. A mi madre le encantó Almería por su clima y sus gentes. Mi mamá lleva unos siete años viviendo en Almería. Lleva un coro, tiene sus alumnos de canto y está totalmente enamorada de esta ciudad. Silvia Luchetti es todo simpatía, es una enamorada de su trabajo y le encanta la playa del Zapillo.