La cámara oscura y la analógica protagonizan el taller de fotografía

Frente a la Escuela de Artes de Granada hay dos alumnas con extraños tubos. Uno de ellos plateado, con motas negras, esparadrapos tapando el objetivo. El otro, de color. Poco a poco, como con cuentagotas, salen más compañeros por la puerta. Se agachan y colocan el aparato en el suelo. A simple vista, podría parecer extraño. Pero en realidad es simple. Son alumnos del curso de fotografía que imparten Ilan Wolff y Francisco Elvira. Toda una vida dedicada a buscar nuevas formas de ver la realidad.

Cajas de galletas, metálicas. A las que se les ha practicado un agujero a modo de objetivo. Una capa de pintura negra, que da opacidad, y un papel fotográfico. Y a partir de ahí, la imaginación del alumno. De los muchos estudiantes que han elegido este seminario. Ilan Wolff está cómodo entre ellos. Les ayuda y a cambio le agradecen su trabajo.

"Ilan, ¿puedes hacerte una foto conmigo?", pregunta una chica que se acerca tímidamente. "No les cuesta nada de trabajo, en dos días, tenemos alumnos que han hecho tres o cuatro fotos estupendas", aseguró el profesor. Tras dispararse la cámara, los alumnos revelan ellos mismos las fotografías.

Los estudiantes han sido divididos en dos grupos, el A y el B y ambos han realizado las mismas tareas. "No puedo tener queja del trabajo que están realizando los alumnos, hemos tenido muy buena suerte con ellos", aseguró.

Durante la mañana de hoy, de 9:00 a 15:00 horas, los alumnos realizarán prácticas en la calle como han estado haciendo estos días pasados.

Es uno de los cursos que más demanda han registrado en esta nueva semana.