Cultura

Unas 600 personas visitan el Museo Doña Pakyta en el primer día de apertura

  • El público se mostró fascinado con las nuevas instalaciones y elogió la calidad de las obras expuestas Juan Manuel Martín Robles, responsable del Museo apunta que "ha merecido la pena tantos meses de trabajo"

Era un día muy esperado para muchos almerienses que ansiaban poder ver el nuevo Museo Doña Pakyta en pleno corazón de Almería. El primer día de apertura fue excepcional, ya que fueron unas 600 personas las que pasaron ayer por el Museo de Arte Doña Pakyta.

"El día ha sido muy intenso y maravilloso, habiéndose reflejado en el número de visitantes y las ganas de los almerienses por conocer el nuevo museo y cómo ha quedado la casa tras la rehabilitación y adaptación de la misma a espacio expositivo permanente", apuntaba ayer Juan Manuel Martín Robles, responsable del nuevo Museo.

Precisamente, Martín Robles subrayaba anoche que "los comentarios de los visitantes con los que he tenido oportunidad de hablar han sido siempre positivos, valorando altamente tanto la propia arquitectura del museo y su dotación, como la colección expuesta".

El responsable del Museo apuntaba ayer que "la sensación que tengo es de satisfacción y alegría al ver como todos estos meses de trabajo se han visto reflejados en un museo en el que los almerienses y los visitantes en general disfrutan y se identifican con el mismo".

Entre las caras conocidas que ayer no quisieron perderse la apertura del Museo estuvo Carmen Pinteño que se mostró encantada. De hecho pasó por la pinacoteca para observar una obra suya que pintó cuando ella empezaba y que es propiedad del Ayuntamiento.

En la primera planta del nuevo Museo de Arte Doña Pakyta, el visitante se encontrará las tres primeras salas del museo. Espacios dedicados a la pintura almeriense del siglo XIX, el arte de "entresiglos" con especial atención al Realismo y Academicismo almeriense, y los artistas almerienses cuya aportación a la vanguardia internacional tuvo especial relevancia.

Entre los artistas representados en cada sala destacar en la primera sala a Joaquín Martínez de la Vega (con dos magníficos pasteles de temática religiosa identificativos de su última etapa artística), Antonio Bedmar (de quien se expone la escena costumbrista El oso) o el retrato de Nicolás Salmerón realizado por Díaz Molina.

En la sala segunda se destacan especialmente el cuadro Belén de Pedro Antonio, obra cedida por la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino nunca antes expuesta, las obras expuestas de Segura Ezquerro o la escultura de Navarro Rodrigo que realizase Juan Cristóbal. La tercera sala del museo está protagonizada por las pinturas de Ginés Parra y Federico Castellón, representantes almerienses de la vanguardia internacional.

En la segunda sala el visitante realizará un viaje al universo indaliano, primero a través del Museo Indaliano Virtual, y después a través de la selección de obras de Perceval, Capuleto, López Díaz, Cantón Checa, Rueda, Alcaraz y Cañadas expuesta en las salas 4, 5 y 6.

Cerrará este paseo por casi cien años de arte almeriense está la sala dedicada a aquellos artistas almerienses que en las décadas de los 60 y 70 comenzarán su carrera en la órbita de lo indaliano, como Pituco, Vicente Ferrer o Miguel Martínez, o compartiendo espacios con ellos, como Carmen Pinteño, Julio Visconti o Dionisio Godoy.

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