Primer álbum del guitarrista Abraham Lojo

El guitarrista Abraham Lojo (El Puerto de Santa María, Cádiz, 1997) presenta Calle Cruces, su primer álbum, una obra en la que rinde homenaje a sus raíces y vivencias. Lanzado en todas las plataformas digitales, este trabajo toma su nombre de una calle emblemática del Puerto de Santa María, lugar que es muy importante en la vida de este artista. Con una propuesta que combina el flamenco con influencias de jazz y música clásica, Calle Cruces reúne cuatro composiciones originales que trazan el recorrido vital y artístico de Abraham Lojo. “Calle Cruces es mi carta de amor a las personas, lugares y momentos que han dado forma a mi vida. Con este álbum, he intentado capturar la verdad y emoción de mis recuerdos y sueños”, ha dicho Lojo sobre el álbum. Calle Cruces, la pieza que le da nombre, está dedicada a su familia y a la calle histórica de El Puerto de Santa María, donde trascurrió su infancia, adolescencia y juventud. Es una bulería de estribillo cantable, muy lírica, con la guitarra como única protagonista de la pieza, y el apoyo puntual en las armonías del violonchelo. De mi alma para Marinoli es una soleá por bulería que constituye un homenaje a los abuelos del guitarrista. Una pieza directa, sencilla, que cuenta con la colaboración del cantaor jerezano, afincado en Barcelona, Jorge Mesa El Pirata. Montañas de agua es una composición inspirada en Moncada y Reixach, el pueblo barcelonés donde Abraham ha encontrado una segunda familia que lo ha acogido con generosidad, y donde hace acto de presencia el violonchelo como contrapunto melódico de la guitarra y también el piano eléctrico. Sueño despierto, es una canción sentimental, con fandangos, donde, de nuevo, hace acto de presencia el cante, una obra que refleja la fusión de géneros musicales y el agradecimiento del artista hacia la música por las experiencias vividas. El álbum cuenta con la colaboración de una serie de intérpretes que han aportado su talento a este proyecto. Se trata del mencionado Jorge Mesa El Pirata al cante, Max Villavechia al piano, y también a la producción, Álvaro López en la percusión y Uri Català al violonchelo.