Cultura

El proyecto para la reconstrucción del Patio del Castillo de Vélez-Blanco recibe el aval de Patrimonio

  • La Comisión Provincial de Patrimonio de Almería ha informado favorablemente en su última reunión sobre este proyecto

Patio del Castillo de Vélez Blanco en el Metropolitan de Nueva York.

Patio del Castillo de Vélez Blanco en el Metropolitan de Nueva York.

La Comisión Provincial de Patrimonio de Almería ha informado favorablemente en su última reunión del proyecto para la reconstrucción del Patio del Castillo de Vélez-Blanco, cuyo original se expone en el Museo Metropolitano de Nueva York como exponente renacentista, y que en base al documento recibido por la Junta de Andalucía en febrero de 2019, su ejecución supondría una inversión de más de tres millones de euros.

El órgano avala tanto el proyecto redactado por el arquitecto Pedro Salmerón para la reconstrucción del patio como la adenda, presentada en diciembre de 2020, en la que se añade un refuerzo ante el sismo de la estructura proyectada como parte de requerimiento de corrección que se formuló al documento original, según consta en la resolución consultada por Europa Press.

El proyecto para tratar de reconstruir el patio del castillo-fortaleza palaciega del siglo XVI, declarado bien de interés cultural (BIC) en 1985 y propiedad de la Junta de Andalucía desde el año 2005, parte del convenio de colaboración entre la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Vélez-Blanco, el Centro Tecnológico Andaluz de la Piedra (CTAP) y Asociación de Empresarios del Marmol de Andalucía (AEMA) suscrito en abril de 2015.

En base al proyecto que obra en manos de la Junta, casi la mitad del presupuesto estimado -1.182.077 euros- se destinaría al tallado de la piedra que, en base al covenio, cedería de mantera gratuita la Asociación de Empresarios del Mármol de Andalucía (AEMA).

El documento original, que estima un plazo de ejecución de 24 meses, propone entre sus principales actuaciones la reconstrucción de los pórticos del Patio de Honor así como de su escalera principal. Para ello, el proyecto recoge una actuación basada en el faceteado de piezas que evitan una reproducción mimética de la obra original que, en conjunto y desde una perspectiva global, emulan el conjunto.

Como actuación asociada, el proyecto propone la realización de trabajos de anastilosis, para el ajuste de los elementos arquitectónicos, para poder introducir en el mismo los elementos originales acopiados en el castillo y otros que puedan reincorporarse desde sus ubicaciones actuales a través de un acuerdo expreso de cesión.

En el mismo sentido, se apuesta por la adecuación de espacios para la gestión sostenible del castillo en el ámbito comarcal, con la adaptación para actividades culturales y expositivas la sala grande baja, el ala oeste --denominada 'Tres Salas'-- y la planta superior llamada 'Estancias del Marqués'. También propone la reparación de las cubiertas para garantizar el mantenimiento de los elementos, ya que se trata de una de las zonas más dañadas.

Igualmente, el proyecto marca la necesidad de sustituir los elementos estructurales incompatibles con el Patio de Honor y la escalera, dotar nuevamente de instalación eléctrica e iluminación los espacios habilitados, la instalación de carpinterías y la habilitación de recorridos para la visita pública del BIC.

El mismo proyecto incorpora, asimismo, una imagen inédita de un montaje experimental en el Metropolitan dirigido por Olga Raggio perteneciente al archivo privado de la familia del arquitecto Adolfo Martínez Gásquez, en el que se reúne de forma "muy interesante en una sola imagen" el pórtico de la logia de la escalera teniendo como fondo una visión de la parte superior de las arcadas del patio con la balaustrada de remate.

El documento destaca así, como principal uso, la visita pública del palacio-fortaleza aun siendo compatible con otras actividades culturales puesto que "con toda probabilidad" será un "incentivo socioeconómico y cultural de la localidad de Vélez-Blanco y de la comarca de Los Vélez", según el redactor.

El patio fue adquirido en 1904 por un marchante de arte francés que a su vez lo vendió al millonario estadounidense George Blumenthal, que lo utilizó en su residencia y tras morir fue donado al Museo Metropolitano de Nueva York, donde actualmente está expuesto.

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