Rocío Garrido ejerce de docente

Crónicas desde la ciudad

En la Carretera de Níjar, próxima al monumento erigido en La Cañada al genial Antonio de Torres Jurado, guitarrero nacido en el barrio, abre sus puertas la escuela de flamenco de la bailaora Rocío Garrido

Gala de fin de curso de la Academia de Baile de Rocío Garrido en el Auditorio Maestro Padilla. / D.A.

Además de la clausura oficial en el Conservatorio Profesional de Danza “Kina Jiménez”, buena parte de las academias de baile privadas en la capital y provincia vienen celebrando en estos días sus galas de fin de curso. En esta ocasión abordamos la celebrada el pasado jueves en el Auditorio Municipal “Maestro Padilla” por la que dirige Rocío Garrido. Inaugurada en 2016 en La Cañada, próxima al monumento de su ilustre paisano Antonio de Torres, se trata de un coqueto y funcional local capaz para 50 alumnos, a partir de los 4 años, en sesiones vespertinas. Enmarcado de espejos y piso rodado de madera, llama la atención el mecanismo que lo convierte en un íntimo recinto habilitado para una setentena de espectadores.

Rocío Garrido Joya (Almería, 1985) se graduó en Danza Española por el hoy “Kina Jiménez” y en Coreografía e Interpretación de Baile Flamenco por el Conservatorio Superior de Málaga. Cuenta, por tanto, con una sólida formación académica de 14 ininterrumpidos años de aprendizaje reglado, más una destacada experiencia sobre la tarima acumulada tras múltiples actuaciones en escenarios de media España o asistiendo a cursos de perfeccionamiento con bailaores/as de la talla de Matilde Coral, Farruco, Canales, Eva Yerbabuena, etc. O de Carmen Moreno (taranto) y Eduardo Leal (soleá), bailes montados ad hoc para su espectáculo “De tus alas, mi raíz”.

Los estudios oficiales malacitanos los complementó, privadamente, con Susana Lupiáñez Pinto “La Lupi”, providencial mentora y guía, con cuya compañía giró por Europa. Desde ese momento Rocío se convirtió en flamenca por derecho, y en esa tesitura continúa. Aficionada al cante, toque y baile, es una paridora nata de ideas, de creativos proyectos. En su admirable currículo cabe señalar que en 2014 alcanzó la semifinal de Baile en el Festival del Cante de Las Minas (La Unión, Murcia) y en 2023 logró brillantemente el premio “Desplante” (femenino) en dicha modalidad. A título informativo, solo otras dos almerienses alcanzaron los máximos honores en La Unión, ambas en el apartado de Cante: Rocío Segura y María José Pérez. No obstante, fue en el Festival Flamenco de Jerez (febrero, 2025) donde Rocío Garrido dio un paso decisivo en su trayectoria artística al estrenar ‘De_Vidas’, un proyecto tan personal como ambicioso. La coreografía correspondió a Eva Yerbabuena y, en momentos puntuales, a Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España. La música corrió a cargo del guitarrista, también almeriense, David Caro. Este hito fundamental en el epicentro mundial del arte dancístico andaluz, tuvo su preestreno en el Festival de Teatro de El Ejido. Presumiblemente, es el acontecimiento vital que la ha marcado emocional, personal y profesionalmente, por ahora. La que la define como referente en el marco provincial y andaluz.

Gala de lujo

Lo de lujo no es gratuito teniendo en cuenta que nuestra protagonista y directora del centro es la responsable de todos los montajes y de su puesta en escena. Dirigidos con rigurosa precisión y cariño -mucho cariño- hacia todas y cada una de sus “niñas y niños”, especialmente los más pequeños. Apartado, el de infantiles, en los que tal cometido recayó en la aventajada auxiliar Marina López Luque (acompañante asimismo en las palmas y jaleos). Así lo entendió el “respetable” que ocupaba el aforo del Maestro Padilla (mayoritariamente familiares y amigos), mostrándose relativamente en silencio hasta la ovación brindada al finalizar cada uno de los cuadros. Un ambiente en el que se respiraba tanto entusiasmo como asentimiento ante la obra bien ejecutada y que resume el esfuerzo y tesón de un año pleno de entrega docente.

Rocío Garrido apostó por una propuesta teatralizada que combinó dirección, vestuario, sonido y luces con un objetivo claro: seguir creciendo desde la experiencia, bebiendo de la inspiración de otras bailaoras. Así, sobre el escenario y en directo, pudimos escuchar el cante de Edu García y Antonio García “El Genial”, la guitarra de José Bellido y la percusión de Johny Cortés.

En evitación de errores, he aquí el repertorio previamente establecido y cumplido con absoluta fidelidad. Cada uno de ellos sería merecedor de un comentario específico y en el que existirían coincidencias recurrentes sobre su calidad, arte y disciplina en los movimientos y giros. No obstante, puestos en la tesitura de concretar nos inclinaríamos por el gracejo (tanguillos y tangos) del ramillete de alevines a los que solo le faltaban el traje de época para recordarnos a los Seises de la catedral de Sevilla; con la farruca de Carmen y el cante de Edu García, el dramatismo del taranto o la solemnidad del baile por soleá. Y muy singularmente con Tablao Flamenco, en el que la compañía al completo formando cerrado corro nos transportó al gaditano barrio de la Viña, al de Santiago en Jerez, a la choquera Huelva o al mismísimo Sacromonte granadino. ¡Pura delicia!