Rosario Raro trajo a Almería ‘La novia de la paz’, obra que se llevó el premio Azorín
Literatura
La escritora participó el jueves en el ciclo ‘Diario de los Libros’ que organiza Diario de Almería
La escritora Rosario Raro presentó el pasado jueves en el salón de actos de la Escuela Municipal de Música y Artes de Almería su última novela La novia de la paz, con la que obtuvo recientemente el premio Azorín. La autora estuvo arropada por Iván Gómez, director de Diario de Almería y Diego Martínez, coordinador de Diario de los Libros.
Raro se mostró encantada de regresar a Almería, donde ha estado en varias ocasiones, y conocía Roquetas de Mar, Tabernas y Cabo de Gata. La autora contó de forma muy amena como surgió la idea de escribir esta novela. “Descubrí que Gandhi había tenido una relación epistolar con León Tolstói, el escritor ruso. Yo no sabía nada de eso, no llegaron a conocerse pero si se intercambiaron bastantes cartas, porque Gandhi quería que Tolstói, que era una persona muy influyente, publicara en algún ensayo la lucha que estaba llevando a cabo en el Sur de África”.
“En una carta posterior descubrí que decía que había una persona que le había ayudado mucho y que era Emily Hobhouse, y a mí me resultó alguien por completo desconocida, pero él la situaba a la altura de otros líderes espirituales de ese momento. Me encontré con una vida apasionante, porque a Emily Hobhouse los que mandaban en el imperio la llamaban solterona histérica. Me llamó mucho la atención como era ella”, subrayó la autora.
La gran protagonista de la novela, Emily Hobhouse “era una persona incómoda. Ella lo que realmente hizo fue desvelar que lo que estaban contando en Gran Bretaña sobre la guerra no era cierto”, confesó Raro. “A pesar de las amenazas de muerte que recibió ella siempre siguió hacia adelante”, matizó.
También recordaba que “Emily tenía una pulsión de registrarlo todo porque tenía un valor de denuncia, por eso lo dejaba todo por escrito. Sus diarios y cuadernos me han servido mucho como documentación para escribir esta novela”.
La autora comentó que “esta novela la comencé a escribir en 2018 y la acabé el pasado año. En ese tiempo publiqué dos novelas y esta la tenía guardada y me daba mucha tranquilidad. Era como un as en la manga, porque decía si me bloqueo en algún momento tengo aquí un salvavidas. Yo hablo mucho y escribo cuando no tengo con quien hablar, es una forma de expresarme también”.
Con respecto al premio Azorín, “era la primera vez que me presentaba a un premio de novela. Luego descubrí que el concurso se había abierto a presentar trabajos por correo electrónico y habían llegado 643 manuscritos. Pasé página y pensé que era complicado ganar. El 10 de marzo publicaron la lista de los diez finalistas y no aparecía ni el título ni mi nombre. A ese concurso me presenté con el seudónimo Kintsugi con la obra Cicatrices de oro. Fue muy curioso porque cuando salimos los finalistas, todos esperaban a una japonesa, pero era yo”, recordó Rosario Raro.
En diez años, Rosario Raro ha publicado seis novelas. “Escribo desde que tengo uso de razón. Con ocho años descubrí que cosas que me pasaban en la vida, que no terminaban como yo quería, yo les escribía otro final. A los 15 años me lo tomé más en serio, publicaba en una revista literaria y gané algunos concursos. Cuando regresé de Perú donde estuve viviendo varios años, tuve claro que me iba a presentar a tres concursos y si ganaba alguno seguía escribiendo y si no me planteaba dejarlo. Me presenté a un concurso en Huelva y lo gané. Publiqué libros de ficción más breves y también había escrito bastantes haikus”.
Rosario Raro confesó que cuando publica una novela no la vuelve a releer. “Si lo hiciera la reescribiría. Es una cuestión obsesiva. Para mí entregar una novela a la editorial y que se publique, con eso estoy exigiendo a los lectores que me entreguen lo que tiene más valor que no son los 20 euros que vale, sino el tiempo. Yo como lectora le exijo a un libro que me entretenga, me conmueva y que no me cuente la misma historia de siempre”.
Raro ha vivido momentos inolvidables con sus novelas y los lectores. “Lo que más me gusta es recibir los correos electrónicos de los lectores. Recuerdo a un hombre que vino a la Feria del Libro de Madrid y era invidente. Me dijo que los que escribíamos, obrábamos el milagro de devolverle la vista a los ciegos. Y me dijo, gracias a ti he visto la estación de Canfranc. Eso es lo máximo que te pueden decir”.
La autora de La novia de la paz dejó bien claro que tras pasar por distintas ferias del libro, las colas más largas son de adolescentes. “Cuando escucho que la juventud no lee, pienso que los que dicen eso, son los que no leen”. En este sentido, “ahora mismo hay una poesía distinta que gusta mucho a los jóvenes, donde el gran tema es el desamor, pero yo he visto casos de evolución que empiezan leyendo estos libros muy ilustrados y además atractivos y luego han leído a Benedetti”.
También valoró la autora actos como Diario de los libros donde se produce el encuentro de un escritor con los lectores. “No hay termino medio. Yo no puedo escribir con música porque me distrae mucho. Luego lo que pasa es que de estar sola, de repente, en actos como Diario de los libros es donde le tomas el pulso a la novela. Es muy gratificante este tipo de actos donde te encuentras con los lectores”.
La autora conectó con el público asistente al acto en la EMMA y concluyó afirmando que “cuando era una niña yo quería ser escritora. Descubrí que era como mejor me lo pasaba. En la vida es importante tener buenos profesores y tuve a los mejores. Los verdaderos premios literarios han sido las personas que he conocido gracias a la literatura y no me imagino mi vida de otra forma. No he hecho otra cosa en mi vida”. Rosario Raro dijo que volverá en cuanto pueda porque Almería se la lleva en el corazón”.
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