"La silla se lleva en el culo, no en la cabeza"

Juan Resina haciendo Handbike en Cabo de Gata.
Juan Resina haciendo Handbike en Cabo de Gata. / Diario De Almería
María José Martínez

14 de mayo 2017 - 02:31

El valor de vivir el día a día a veces cobra mayor importancia cuando ocurre algo que rompe los esquemas de un momento a otro. La vida de Juan Resina era como la de cualquier otra persona hasta que el 25 de julio del año 2010 dio un giro de 360 grados. Eran las 7.30h de la mañana, y se disponía a ir a disfrutar del fin de semana a la playa junto a su novia en moto, cuando un coche invadió el carril contrario, arrollando a la pareja. "A mi me seccionó la médula a la altura del pecho. Me hizo también una fractura en la tibia, peroné, fémur, muñecas, y las vértebras D4-D5, así como dos costillas".

Tras el accidente, lo llevaron de urgencia al complejo hospitalario de Huércal-Overa, aunque posteriormente fue trasladado al Hospital de Torrecárdenas, donde permaneció una semana en la UVI. Sin poder darle una solución, lo llevaron a Granada para operarle de todas las fracturas ocasionadas por la colisión: "Tardaron un mes y medio porque los médicos estaban de vacaciones" cuenta. Después pasó nueve meses en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Un total de 13 meses de hospitalización.

Tener que moverse con una silla de ruedas no hay sido nunca un impedimento para que pueda practicar deporte. Aunque en un principio comenzó con el baloncesto, no le llenaba, por eso, "probé el Handbike de montaña y me gustó mucho. Quiero hacer la primera prueba de Trackman. También, hace dos años, hice el GP de Jerez,pero rompí en la segunda vuelta."

A Juan le gusta mucho el deporte, pero además, como cuenta, "también lo practico por salud, porque si no lo haces, te quedas en la silla de ruedas o en una cama para los restos de tu vida".

"Cuando todo sucedió yo estaba trabajando en Cosentino, me faltaron seis días para hacer los 10 años en la empresa. Hacia tan solo dos meses que me había mudado a vivir con mi novia, que ahora es mi mujer" recuerda Juan Resina.

"La vida me cambió por completo, pasé de tener un trabajo y empezar a formar una vida nueva con mi pareja, ese día se rompieron todos los pensamientos y lo de formar una familia se pospuso hasta diciembre de 2015 que nació mi hija" explica Juan Resina. Para él "la silla de ruedas se lleva en el culo, no en la cabeza, aunque cada lesión medular es un mundo. No es lo mismo ser parapléjico, tetrapléjico, o tener una enfermedad degenerativa" añade.

La falta de accesibilidad en su pueblo, Fines, le hizo tener que mudarse a Almería capital. "La gente que más se da cuenta de que las ciudades no están adaptadas son las que llevan un carro de bebé, que es una temporada, pero para mi son mis piernas y me doy cuenta cada día". A pesar de todo, la silla de ruedas no es ningún impedimento para que Juan haga su vida con normalidad: "He adaptado mis limitaciones bien, es lo que nos queda, yo hago mi vida normal, hago Handbike de carrera y de montaña, y conduzco mi coche adaptado" afirma el finense. El depove le ha llevado a recorrer lugares de la provincia como Cabo de Gata o Enix. Ahora, Juan se está preparando para su próxima aventura sobre ruedas.

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