Cultura

El gran talento de Farrucos y Fernández enamora con su ‘Cuento de Navidad’

  • El Maestro Padilla volvió a llevarse por tercera vez en el fin de semana, en el que han contado con cerca de 3.000 personas con Ara Malikian, ‘El Cascanueces’ y el espectáculo flamenco

Los Farrucos y los Fernández hicieron las delicias del público con un extraordinario espectáculo.

Los Farrucos y los Fernández hicieron las delicias del público con un extraordinario espectáculo.

Este fin de semana, tan solo en el Auditorio Municipal Maestro Padilla, ha congregado a casi 3.000 espectadores con los espectáculos de Ara Malikian, el tradicional cuento de Navidad de ballet con El Cascanueces y, el domingo, con el emocionante musical flamenco Un Cuento de Navidad, de la familia Farrucos y Fernández, con Farru, Farruquito, La Farruca, Carpeta y Afri de La Faraona actuarán con la dirección musical de Josemi Carmona y con la colaboración especial de Soleá, El Moreno y Pilar la Faraonita.

El espectáculo de Navidad flamenca con el que la saga de los Farrucos y los Fernández lleva deleitando a sus seguidores desde hace varios años, sigue creciendo, a la par que los niños y niñas que acompañan a una familia que hace del talento y el compás una seña de identidad que comparten sin reservas y con un nivel espectacular.

Este nuevo Cuento de Navidad se presenta infalible en una narración que hace gala de la tradición canastera y, además, conecta con el regalo de las botas de color rojo con ese otro cuento que ha fascinado a tantas generaciones como son los zapatos de Dorothy en ‘El Mago de Oz’. Historias de leyenda y misterio al servicio de las emociones más bellas, como se hizo carne ayer en todo momento con tanto artista sobre el escenario. Una bonita nana flamenca, el cante profundo y añejo de Pepe de Pura, la balada de la joven Soleá, fueron preludio a los números de baile. El primero, con Farru haciendo gala de fuerza y compás con el bastón, recuperando uno de los números de su abuelo.

Emocionante el recurso de la comitiva de paso procesional en un intenso cante de Ezequiel Montoya, jugando con las sombras de un falso telón transparente. El Carpeta cabalgó como suele, como potro desbocado veloz en los pies y fuerte en el tren superior. Brilló también el villancico oriental tras el que aparecería, con una fortísima ovación, Farruquito. Más espigado y estilizado, el bailaor casi danzó y sobrevoló las tablas del Auditorio con una elegancia digna de alabar.

Con toda la familia ya en escena, llegaba el momento de la escalada final. Un fin de fiesta que en primer lugar tuvo espacio para un magnífico derroche de soul de Soleá mientras copos de nieve caían al escenario.

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