Volver a poner en su sitio a un género un tanto olvidado en la escena española y conectar con una generación de espectadores más jóvenes. Esas fueron dos de las consecuencias que se han derivado del gran éxito de público que durante el pasado fin de semana tuvo la representación de la zarzuela La Gran Vía en Clasijazz.

Dos días de lleno absoluto en la sala principal de conciertos, a la que acudió mucha gente de distintas edades. Todos ellos disfrutaron de la ironía y la sátira de la historia, que provocó la complicidad de los asistentes mediante las risas, el silencio o los aplausos.

Lo más destacado de esta obra -de los músicos Chueca y Valverde y libreto de Felipe Pérez y González-, según los propios actores y cantantes, es la actualidad y vigencia de su mensaje. Lejos de los contenidos habituales de la zarzuela, La Gran Vía recrea la época de construcción de esta gran arteria de la capital española y las reacciones críticas de una sociedad que se rebelaba contra las molestias de las obras y su elevado coste.

Para esta ocasión, el equipo de actores y cantantes, dirigidos por María Pina y Juan Vicente García, realizó una serie de matices en el texto para resaltar aspectos que no están muy lejos de la realidad actual. En la obra se habla de la emigración infantil y juvenil, se cuestiona el gasto público y se confronta a las clases poderosas. Para situar al público, cuenta con una introducción histórica al inicio que trata de contextualizar lo que se va a representar, así como con un epílogo.