2025: Prioridades equivocadas

Nuestra ciudad cierra 2025 con una sensación agridulce, marcada por la decepción frente a la gestión de la alcaldesa, María Vázquez. Mientras sus prioridades se han centrado en el autobombo, los eventos y las fotos, los problemas reales han quedado relegados a un segundo plano. Desde nuestro lugar en la oposición, hemos trabajado para denunciar estas carencias y proponer soluciones que pongan a nuestros barrios en el centro de la política municipal.

En 2025 hemos tenido otra subida de impuestos: al tarifazo del agua y al incremento del IBI, este año se ha sumado la nueva tasa de la basura, que pasa en muchas zonas de la ciudad de 64 a 132 euros. Mientras, la alcaldesa ha destinado cientos de miles de euros a marketing, publicidad, videos para redes y eventos, los barrios de Almería siguen abandonados: falta de limpieza, deterioro de infraestructuras y un transporte público ineficaz siguen siendo las principales quejas de los vecinos.

La falta de planificación de las obras municipales ha provocado un caos circulatorio sin precedentes, que ha complicado el día a día de los almerienses. Además, la gestión del Paseo ha sido una sucesión de torpezas: la elección del pavimento ha obligado al Ayuntamiento a gastar, además de los 11 millones de la obra, más de 700.000 euros extra en tratamientos antimanchas y en máquinas de limpieza específicas, un despilfarro que podría haberse evitado con una planificación adecuada. Y, para colmo, las arcas municipales también han perdido este año más de un millón de euros de fondos europeos por los retrasos en el mercado de Los Ángeles.

Por si fuera poco, el año termina con un escándalo de corrupción que ha salpicado al número dos de la lista de la alcaldesa, Javier Aureliano García, detenido por la UCO en una investigación por presunta prevaricación, malversación y organización criminal.

Es evidente que Almería necesita un cambio. Es hora de priorizar lo que realmente importa: mejorar los servicios básicos, invertir en los barrios y gestionar los recursos públicos con eficiencia y responsabilidad. En definitiva, que la alcaldesa entienda cuáles son las prioridades de la gente.