OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
Este país es único. Lo tengo claro. Tenemos una imaginación insuperable. Somos únicos buscando una oportunidad de negocio en cualquier momento de la vida. Veamos un caso concreto. En una de las recientes averías de trenes, la Estación de Atocha estaba colapsada. “La gente desparramada” por todas partes, pero olvidemos al ministro del ramo y vayamos a lo importante. Los aseos eran impracticables, pero las ganas de mear son independientes de las normas y las situaciones y aparecen cuando ellas quieren. A una mujer le proporcionaron una botella grande de agua cortada por la mitad como recipiente para el líquido que le estaba molestando en su vejiga, pero como los aseos estaban impracticables, el problema era ¿DÓNDE?. Pero ahí apareció la imaginación española: el encargado de un puesto de ventas de algo de la estación le ofreció el lugar reservado preciso para el menester, pero eso sí por el módico precio de 5 euros. Además, se ofreció de guarda-equipajes. Es decir, dos ideas de negocio nuevo sobre la marcha y en pleno ofuscamiento mental de las autoridades, que no sabían qué hacer. De ese “buscavidas” del puesto de Atocha debe aprender el gobierno.
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