Cambio de sentido
Carmen Camacho
Zona de alcanfort
Pasan los años, lustros, décadas, y el tren de alta velocidad no llega hasta Almeria. Parece haberse convertido en una quimera. Una ilusión, un sueño inalcanzable producto de la imaginación y poco probable de realizarse. No obstante, elijo no perder las esperanzas cervantinas de desfacer entuertos. En nuestra juventud esperábamos poder superar los interminables viajes en tren, mínimo siete horas, hasta Madrid. A veces se corre el riesgo de no llegar, o cuando menos, buen humor y bajarse al llegar a Alcázar de San Juan por si hay que ayudar empujando. "Todos a una como en Fuente Obejuna". Escuchados los discursos de los portavoces, y candidatos de la elitista industria política; la ejecución de las obras también iba a ser de velocidad alta. Platicas leídas, repetidas hasta el agotamiento, especialmente durante las campañas electorales, o en coyunturas del día a día de la arena pública. El caso es que aquí estamos, como en Extremadura, cual Cenicienta con maleta hecha y sin moderna calabaza en la que viajar. Los almerienses pensábamos que viajaríamos en el tren de alta velocidad con nuestros hijos. Parece que lo haremos con nuestros hijos, nietos y bisnietos. Si llegó la autovía A-1992 en 2002, también llegará el AVE, quizás en 2032. Después de todo Renfe AVE ya ha cumplido la treintena. Nos recuerda al cochecito de San Fernando, un ratito a pie y otro caminando. Nada como acudir a la hemeroteca para documentarse sobre los menesterosos vaivenes de las infraestructuras, y medios de transporte en nuestra provincia. En 2010 hice un experimento, tenía que viajar a Cuenca. De modo que puse manos a la obra para llegar desde Almería, hasta la capital de las Casas Colgantes, construidas entre los siglos XV y XVI. Impresiona ver como sobresalen en la cornisa de la hoz del río Huécar. Muy cerca se encuentra el magnífico Archivo Histórico Provincial de Cuenca. La capital conquense tiene una fascinante hermana en Ecuador (1557) En quechua se llama Tumipamba. Es conocida como "Atenas de Ecuador" por su riqueza cultural y belleza arquitectónica. Volviendo a la logística de mi viaje a Cuenca en 2010. El único medio de transporte publico factible era el autobús. Tenía que llegar de Almería a Murcia. De allí hasta Albacete y después trasbordo hasta Cuenca. Todo ello encajando horarios. En el tiempo que tenía que emplear llegaba antes a Roma, París o Londres.
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