Almería, tierra de 'comunicaciones' y de cine

Siguen pasando los años y viajar a la provincia se convierte en un manual de TomTom en chino

Por fin uno escucha cornetas, el cántico de los famosos pájaros que se postran en el árbol centenario de El Paseo y, sobre todo, el olor a mar. Un oasis perfecto, el de la capital, pero como siempre, llegar a ese momento desde cualquier punto de España se convierte en 'Misión Imposible'. Una A-92 que se hace como un documental del Tourmalet de la época de Indurain cuando quedan 100 kilómetros por llegar. Es la única alternativa que te queda, coger tu propio coche por las "famosas y estupendas" comunicaciones con Almería. Un problema que cada vez se hace más agudo con el famoso tren que va al ritmo del videoclip del 'Chacachá' que canta El Consorcio. Siete horas interminables que, para colmo, cuesta comprar porque se agotan por su poca frecuencia, y eso que vale un pastizal. Esta Semana Santa, después de dos años de pandemia, ha ocurrido lo mismo con los estudiantes y con algún que otro turista. La respuesta ha sido (almeriense que estudia derecho en Madrid): "Papá tendré que ir en BlaBlaCar. Ya no hay billetes". Nadie intenta solucionar nada. La respuesta es la misma: "Estamos trabajando en ello". Viajar a la provincia es un dolor, lo bueno es que te da tiempo a ver la trilogía del 'Señor de los Anillos' en ese maravilloso autobús con parada en los famosos Abades. Tuvimos ilusión hace algún tiempo cuando había un avión "low-cost", pero al final no funcionó. Lo gracioso es que cuando uno llega a la provincia sin un automóvil propio comienza otra peripecia, la comunicación del transporte público. Recorrer 10 kilómetros (trayecto Aguadulce-Almería) se convierte en una aventura como la que rodó Harrison Ford con 'Indiana Jones' en la playa de Mónsul. Más de una vez me tuvo que recoger mi madre en mi época de juergas porque ya no había más autobuses más allá de las 22:15. Imagínense cualquier turista que venga a visitarnos este Miércoles Santo y quiera recorrerse la provincia. Bueno, tampoco se lo recomiendo porque vaya que le caiga una piedra por la carretera del Cañarete. En los últimos 10 años ha ocasionado más problemas que el rodaje de Sancho Gracia en el MiniHollywood, pero nadie pone ímpetu por arreglarla de una forma considerada y estudiada. Como verán, Almería es tierra de cine hasta en los ejemplos problemáticos de la vida cotidiana. Un lujo de lugar, por el clima, su gastronomía y su buena gente. Eso sí, sigue siendo la gran abandonada por la madre andaluza.

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