Amathia

Este concepto griego explicaría por qué personas inteligentes y funcionales se comportan, a veces, sin sentido

Coincidirán conmigo que, de cuando en cuando, observamos como determinadas personas, que no padecen ningún trastorno mental e incluso gozan de una buena educación, perpetran conductas que escapan al razonamiento lógico. Tanto es así que quienes les rodean y pueden observar con cierta objetividad terminan exclamando un "yo flipo" o similar. Los filósofos griegos distinguían entre "agnoia" y "amathia". El primer término significa literalmente "no saber" mientras que el segundo significa "no aprender". La "agnoia" vendría a ser la ignorancia como la entendemos hoy día, es decir alguien no instruido e iletrado. Pero nos vamos a centrar en la "amathia" pues parece el concepto clave para comprender las conductas erráticas que señalábamos al principio. Esta palabra no existe en nuestro vocabulario pero sería lo opuesto a la sabiduría, una especie de "des-conocimiento" en algunas áreas que tiene como resultado acciones incomprensibles ejecutadas por seres humanos que, por lo demás, son completamente funcionales e inteligentes.

Una de las características fundamentales de los sujetos afectados por la "amathia" es que no se les puede persuadir de su error con argumentos lógicos. Comprenden el hilo del razonamiento pero (dicen los griegos) tienen una deficiencia en su carácter unida a influencias ambientales que les llevará a luchar a toda costa contra la verdad. Acabarán exponiendo la situación de manera que les encaje con sus supuestos haciendo auténticos malabares mentales si es necesario. La carencia que supone la "amathia" les hará convencerse siempre de que están en lo correcto.

La psicología moderna ha venido a complementar la conceptualización de este fenómeno poniéndole nombre al malestar que sufre una persona cuando mantiene dos creencias opuestas sobre el mismo tema. Disonancia cognitiva es la etiqueta que recibe este conflicto. El ser humano no soporta estar conscientemente equivocado así que alguien afectado de "amathia" acabará respaldando cualquier teoría que le encaje, por absurda que le resulte a los demás, para así eliminar la disonancia.

Pero entonces ¿qué podemos hacer con alguien que padece ese "des-conocimiento" en alguna faceta de su psique? Pues lamentablemente nada. Los clásicos aseguraban que se trataba de una carencia irreversible y ningún terapeuta posterior ha conseguido refutarlos. Porque si malo es no saber, trágico resulta no querer saber.

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