Amistad vs plantas

vamos a dejarnos de polinomios y polinomias y vamos a tratar a los alumnos como lo que son: ¡personas!

18 de agosto 2021 - 01:45

Según Dichos en orden de importancia, mis intereses son: mis hijos, mis amigos, los libros y las plantas. Además, se da la circunstancia de que los cuatro están íntimamente relacionados y, a poco que uno piense en los mismos, verá esa relación. Además, están relacionados en varios aspectos: son cariños mutuos, pues tienen que ser recíprocos tanto para que funcionen adecuadamente, como para que existan satisfacciones y enseñanzas recíprocas. Vamos, lo que ahora "los expertos llaman feedback en lugar de retroalimentación".

En el caso de los hijos está claro que media vida es de uno a otro y la otra media del otro al uno.

En el caso de los amigos, aunque es una cualidad que se tiene o no se tiene, lo cierto es que hay una gradación temporal que consiste en una profundización de la misma. Curiosamente, ese ser o no ser, sin término medio, lo puedo definir con una rotunda afirmación de mi primo, y amigo, Bernardo, q.e.p.d., quien en una ocasión me dijo que: "los amigos y los coj… son para las ocasiones". Bernardo era así de rotundo.

Los libros difícilmente te defraudan. Un libro te gusta o no, te atrae o no, lo dejas a mitad de camino o no, pero lo cierto es que cuando eres un lector "de verdad", no coges el primero que te cae en las manos: buscas y seleccionas en base a aspectos tales como tu estado de ánimo o tus pretensiones, pasando por muchos otros aspectos. Por lo tanto, habrá, o no, conexión entre lector y escritor en esa obra concreta, pero un lector serio no juzga al autor con la simpleza de tomar la parte por el todo.

Y, en cuanto a las plantas, me interesan y atraen en todos los momentos de su vida: semilla, nacimiento, estado pletórico, y decaimiento y muerte que, en muchos casos viene inmediatamente después de su plenitud floral. Y son como los hijos, los amigos y los libros: hay que cuidarlos.

En relación con la amistad, me apetece relatar algo que me sucedió hace unos días, cuando a mediodía me llamó por teléfono, mi amigo Ignacio, granaíno de pura cepa por más señas, y me confirmó algo que dice el maestro Sabina y con lo coincido plenamente: «el amor en su mejor versión debería ser amistad». Su llamada era para saludarme y decirme que estaba disfrutando, cuyo disfrute quería compartir conmigo, con la lectura de dos libros: "Encuentros con libros" de Stephan Zweig y otro de Whiesenthal, y la mejor manera de corresponder a esa llamada, es disfrutar con Zweig yo también, y quizás antes de Whiesenthal relea a Rilke que estuvo presente en nuestra conversación, y de quien me he conseguido unas poesías para "el Kindle", que no es abandono de papel, si no practicidad.

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