Angels, si us plau

Estas cuestiones se resuelven, hablando y negociando. Eso es democracia. Lo otro es resentimiento y totalitarismo

Esta semana, como las natillas, repetimos. Otra vez Cataluña. Imposible aislarse de los bochornosos acontecimientos que, entre miércoles y jueves, tuvieron lugar en el Parlament de Cataluña. Execrables. Repito hoy que el independentismo es tan respetable como cualquier otro posicionamiento ideológico, siempre que no ignore o trocee nuestro Estado de Derecho. No hablamos solo de la Constitución, u otras leyes básicas que nos regulan. Nos referimos a algo más básico y necesario, el respeto y la educación que nos debemos, como personas, como compatriotas, la convivencia. Entre tanta algarabía congresual observada el pasado miércoles, sucedió algo que revela y prueba cómo reina la sinrazón en esos catalanes separatistas. En otras circunstancias resultaría indiferente, o anecdótico, pero ahora es digno de reproche, por las soflamas de odio que se vierten hacia lo español. Hablamos de la "hurtada" de banderas patrias a los diputados peperos catalanes, ausentes en sus escaños cuando se procedió a la votación de la Ley de Referéndum. Su autora, la diputada Angels Martínez, podemita regional (Catalunya Sí que es Pot), del ala independista del partido, según hechos propios. Una rapiña parlamentaria, con resentimiento y tirria españolista, descubierta en sus palabras tras serle recriminada la actuación: las mangoneó porque -según dijo- sus abuelos casi cien años antes fueron víctimas en la Segunda República, y su padre le dijo que nuestra bandera constitucional se impuso por las armas. Increíble argumento. Si sumamos a ello también, ese mismo día, el logo de la camiseta ("Todos somos antifascistas") de la portavoz de la CUP, Anna Gabriel, una indirecta muy directa a "los otros", ¡Viva la reconciliación y la democracia! Dime de qué presumes y te diré de qué careces, ¿no?

En Cataluña no vivo, ni tengo la suerte de conocer su día a día. Pero, si el argumentario y pensamiento de los diputados segregacionistas, hoy golpistas consumados, y aquellos que le siguen, son idénticos, ahora comprendo el clima de crispación y animadversión irracional hacia el resto de compatriotas. Sí, de compatriotas, no de España. Porque ésta es la suma de sus ciudadanos, no es un gobierno puntual del PP, ni una sentencia del Tribunal Constitucional, ni una balanza fiscal. Estas cuestiones se discuten y resuelven, hablando y negociando. Eso es democracia. Lo otro es resentimiento y totalitarismo.

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