El medio y el ambiente

¿Ansia? ¿Ansias?

El ansioso es aquel que lo que desea, quiere, anhela, persigue, es conseguir rápido lo que sea: "aquí te pillo, aquí te mato"

Ansia es una sensación, que provoca inquietud o agitación, y "ansias" es un calificativo que se aplica a las personas que son algo así como desasosegadas, inquietas, y desesperadas por conseguir algo, pero que no se parecen al avaro, que se identifica con un individuo taciturno que lleva los bolsillos del traje cosidos para no gastar.

El ansioso es aquel que lo que desea, quiere, anhela, persigue, es conseguir rápido lo que sea: "aquí te pillo, aquí te mato". Quiere tenerlo antes que nadie, calentito, recién salido: sobre todo, antes que sus conocidos. Y por lo tanto, el ansias suele "padecer de ansia". ¡Bonito juego de palabras!.

Y yo a lo que voy es a los ansias, y más concretamente a los desesperados por la camiseta, gafas o bolso de tal marca. Pero lo quieren ya, y además lo quieren más barato aun que el precio del mantero "especulador" que ellos frecuentan. Y además les da igual que la camiseta embeba o pinche. Lo importante es el anagrama que lleva en lugar bien visible, bien llamativo, bien vistoso. Algo así como las gafas americanas "polarizosas" de Gila (véase internet).

Estos ansiosos sufridores ayudan a promover el contrabando, el fraude fiscal, no de los detallistas (de vender al detall o manteros), se trata el fraude de esos grandes fabricantes e importadores de contenedores de falsificaciones tales como ropa y abalorios: bolsos de L.V., chaquetas de L., cinturones de G., relojes trolex, y una amplia variedad de marcas de lujo: caras (lógicamente) y, que están ahí a disposición de quien quiera comprarlas, soltando la correspondiente pasta gansa. Pura ley de oferta y demanda. Y ofrecen su mercancia en buenas tiendas en Ortega y Gasset antes Lista, o en Serrano, o en Diagonal, y pagan buenos diseñadores y registran y patentan diseños, tejidos, costuras, y dan vida a una serie de fabricantes, costureras especializadas, artesanos, tienen cuantiosos gastos en I+D y en marketing, y hasta pagan impuestos.

Viendo lo poco que se respetan los registros y patentes en moda y consumo, a pesar de cómo controla el sector las falsificaciones, me he acordado de una anécdota sobre microalgas. De ese "mundillo" hay un norteamericano: John Benneman, empresario con importantes intereses económicos en el sector y que le dió a un amigo mío una recomendación: primero se estudia, luego se trabaja y al final se escriben los resultados. Y por último se guardan en un cajón. Está visto que en el momento que haces el registro o la patente despiertas el ansia de los plagiadores, así que ¿para qué hacer investigación?.

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