El pasado 16 de noviembre se vivió en nuestra ciudad un acontecimiento vergonzoso en la Biblioteca Municipal José María Artero. El Ayuntamiento de Almería, dentro del Programa de Educación del Área de Cultura cedió este espacio público para la presentación de un libro escrito por Juan A. Fernández Arias, militante de Falange. Y, por si esto no fuese poco escandaloso, el presentador del mismo fue el concejal de Cultura Diego Cruz. Un hecho lamentable y que no es representativo de la sociedad almeriense.

La ciudad de Almería es abierta, es solidaria, es justa y democrática. Todo lo contrario a las ideas que promueve la Falange; una organización que no sólo alaba la dictadura fascista que durante 40 años llenó España de terror y silencio, también son abiertamente antidemócratas y su objetivo es volver a implantar la España en blanco y negro donde los únicos que caben son ellos. Que el Ayuntamiento se preste a esto dice mucho del nivel de quien lo pilota. Como bien apuntaba el historiador de la UAL, Óscar Rodríguez Barreira, en un artículo publicado recientemente, el libro es pura opinión ya que carece de rigor científico e histórico. No nos extrañan sus palabras dado que el único mérito que tiene el "autor" es haber sido coordinador de la Falange en Almería. Por desgracia, la prensa cada vez pide menos requisitos para publicar artículos sobre historia y memoria, dando como resultado una opinión pública febril y distorsionada en la que el discurso fascista va calando y es aceptado. Cómo bien apuntaba Rodríguez Barreira: un retroceso monumental. En la presentación de la obra también se encontraba Norberto Pico, jefe nacional de Falange. Sólo faltó que al acabar la presentación cantaran el "Cara al Sol". ¿Cómo el alcalde ha dado luz verde a este blanqueamiento del fascismo en un edificio municipal? ¿Cómo un concejal de cultura puede prestarse a este insulto a la democracia y, sobre todo, a las personas a las que representa? Debemos mantenernos firmes en nuestra lucha contra el fascismo, seas de izquierdas o de derechas. Y los medios de comunicación no deben blanquear los movimientos que quieren acabar con la democracia y las libertades. No se puede normalizar que Pablo Casado asista a una misa en honor a Franco, como tampoco se puede normalizar que Diego Cruz se preste a un acto falangista. La sociedad pide coherencia política con los valores democráticos. Almería no se merece acciones tan deshonrosas.

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