El medio y el ambiente

DOS POR TRES CALLES

Si la globalización trae estos problemas, ¿por qué seguir aferrados a ella en todos los aspectos de la producción?

De pequeño iba a la oficina de Romero ¿Valma? por encima de la papelería España. Mi visita era para que me diera libretas de notas para los camareros y lápices de cera azules, verdes y rojos, creo que del Ron Bacardí, que yo me quedaba, y desde entonces conservo la costumbre de subrayar con esos colores lo que estudio (o debo estudiar). A la parte de arriba había una botica que me encantaba mirar. En Granada había otra parecida en la calle Mesones, cerca del bar Aliatar. Que me perdonen los boticarios, pero aunque ahora son de diseño y hasta tienen robot, son más impersonales y, además, no tienen "niño de los recados", como un amigo mío.

Pero las "de antes" tenían lo que buscabas o, a lo sumo, volvías al rato y ya lo habían recibido de los Romero o de la Hermandad. Sin embargo a pesar de los adelantos informáticos, "según datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, en 2018 se notificaron en nuestro país 1.332 desabastecimientos, una cifra récord que superó en un 44% las cifras totales registradas en 2017", según publicó El Mundo hace unos días.

Y además, este año no están disminuyendo las carencias. De entre los "ausentes" señalar Apocard (antirrítmico difícil de sustituir), Cafinitrina, y hasta el Almax, de uso casi obligado en las "barbacoas con magnífico choricillo y tocineta, en la "parselilla del cuñao".

Parece ser que lo que es la medicina propiamente dicha: el principio activo que dicen los expertos, se compra por ahí lejos: China, India y otros países que de verdad fabrican; y aquí ¿los laboratorios farmacéuticos? solamente hacen las mezclas y envasado. Por lo visto aquí hacemos lo difícil y allí "lo fácil o lo menos importante", y cuando ellos "rompen el stock" (no sé por qué se dice así) pues aquí se quedan a cero. Se ve que aquí todavía seguimos el modelo japonés del "just in time". Es lo que tienen los negocios que trabajan con márgenes muy ajustados en los que se va el beneficio en cuanto gastas un dinerillo en mercaderías para hacerte con reservas en el almacén.

Lo curioso del caso es que todo se justifica con "los similares" que hacen el mismo efecto. Si eso debe darnos tranquilidad, ¿por qué no se despachan principios activos en lugar de marcas?. Si la globalización trae estos problemas, ¿por qué seguir aferrados a ella en todos los aspectos de la producción?. Además, ahora que se certifican las empresas en responsabilidad social, ¿quién más obligado a cumplirla que un negocio relacionado con la salud?.

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