Caminante no hay camino

Caminamos hacia algún lugar con un bolsillo lleno de esperanza y otro cargado de pena

27 de diciembre 2022 - 01:46

Hay poemas de bandera, versos que curan y muestran cómo y hacia dónde. Esta última columna del año va dedicada a nadie. Porque todos somos ese nadie buscando un camino que no existe o añorando el sendero que desapareció.

En 1912 publicaba Don Antonio Machado "Campos de Castilla". Y si un poema destacó en aquella obra siempre fue "Proverbios y Cantares". Indudablemente ayudó a su postrera inmortalidad la popular versión cantada que el maestro Serrat nos regaló hace más de medio siglo.

Transcurre nuestra vida tan solo con la aquiescencia de la muerte. Compilamos los instantes que forjan nuestra existencia sin la conciencia clara de que tan pronto como lleguen se marcharán. Somos arena, viento y sal. Hoy aquí, mañana quién sabrá.\Todo pasa y todo queda,\ pero lo nuestro es pasar,\pasar haciendo caminos\caminos sobre la mar.\

El único mérito deseable será el de rozar, por ventura, la paz. La admiración ajena esconde el tributo de la envidia. El reconocimiento público alberga el ocaso del auténtico ser.\Nunca perseguí la gloria,\ni dejar en la memoria\de los hombres mi canción.\

Perdámonos, de cuando en cuando, entre quimeras e ideales. El hombre no es hombre si no sueña, si no suspira, si no desea. Dejemos que el sueño se eleve tan alto como el sol aunque pronto se desgarre entre jirones de nubes. Contemplemos con quietud algún momento porque sólo ese habitará en la infinidad de nuestra alma. \Yo amo los mundos sutiles,\ ingrávidos y gentiles\ como pompas de jabón.\ Me gusta verlos pintarse\ de sol y grana, volar\ bajo el cielo azul, temblar\ súbitamente y quebrarse.\

Caminamos hacia algún lugar con un bolsillo lleno de esperanza y otro cargado de pena. Nos detenemos en el recodo y cuando volvemos la vista ya no queda sino la sombra de lo que una vez fuimos, el recuerdo de lo que hicimos. Lloremos nuestra angustia pero santifiquemos la alegría. Hay quien en vida sólo espera la muerte, ¿por qué darle apremio a lo inevitable? Entretanto respira, ama y elige. Camina para seguir siendo, camina hasta que toque descansar. No hay más rumbo que el que fija tu mirada, más rey que tú mismo ni más dioses que los viejos espíritus.

Caminante, son tus huellas\ el camino y nada más;\caminante no hay camino\se hace camino al andar.\ Al andar se hace camino,\y al volver la vista atrás\se ve la senda que nunca\ se ha de volver a pisar.\ Caminante no hay camino,\ sino estelas en la mar\.

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