República de las Letras

Carril bici al cabo

Ahora comienza el proceso, largo y muy burocratizado, que puede llevar a la construcción final del deseado carril bici

Para los ciclistas es una gran noticia que la Diputación en pleno haya apoyado la propuesta del Grupo Socialista de que la entidad provincial “construya y habilite vías ciclistas segregadas del tráfico rodado en aquellas carreteras de propiedad provincial que, por sus características, así lo permitan”, según informó este periódico el pasado sábado, día 2 (página 25). Entre otras, en el trayecto Retamar-Cabo de Gata.

Ya fue un despropósito, en su momento, la construcción de esa carretera con un solo carril en cada sentido y sin arcenes a pesar de que su destino era conectar la capital con áreas de veraneo con tanto volumen de circulación como el Cabo de Gata y San José. El crecimiento de población estable o de temporada en la zona estimuló sucesivas reformas en favor de la seguridad vial, pero, siendo una carretera tan frecuentada siempre por ciclistas, la seguridad de estos nunca se ha visto incrementada en esta ruta.

Desde los años 80 el deporte de la bicicleta ha crecido muchísimo en nuestra ciudad y nuestra provincia. Entonces se tenía la idea de que los ciclistas estorbábamos en la carretera, que se consideraba de uso prioritario de vehículos a motor. Los ciclistas entorpecíamos el tráfico y la solución que algunos hallaban en ciertos momentos era –como corresponde a la mentalidad española, que busca soluciones rápidas y drásticas a problemas complejos– poner en peligro la vida de los deportistas denostando el uso de la bici en carretera. Ha sido casi milagroso que no haya habido más accidentes y agresiones. Porque, entretanto, la ruta Almería-el Cabo ha sido cada vez más frecuentada por ciclistas, que han mitigado su indefensión ante los conductores agresivos formando grupos o pequeños pelotones que entorpecían aún más el tráfico rodado a determinadas horas del día. Aún hoy, el estado de la cuestión sigue siendo el mismo: las bicis son cada vez más numerosas, no hay alternativa para ellas fuera de la carretera y la convivencia en el asfalto con coches y furgonetas sigue siendo peligrosa y de alto riesgo.

Ahora comienza el proceso, largo y muy burocratizado, que puede llevar a la construcción final del deseado carril bici. Esa construcción supondrá, por parte de los ciclistas, una responsabilidad añadida: la de usarlo. Por su propia seguridad. Para que el deporte de la bici siga siendo una actividad sana, lúdica y también más segura. Que sea pronto. Amén.

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